martes, 28 de abril de 2015

REFLEXIÓN DEL DÍA (Martes 28 de Abril de 2015)‏

“Todos los cementerios del mundo están llenos de gente que se consideraba imprescindible”.
Georges Benjamin Clemenceau (1841 -1929). Médico, periodista y político francés. Fue Primer Ministro y Jefe de Gobierno Francés.

REFLEXIÓN: Sentirnos imprescindibles es una careta o antifaz para ocultar nuestras inseguridades y miedos. Si por el contrario, somos nosotros quienes consideramos a alguien imprescindible, ello demuestra también inseguridades y miedos, pero dirigidas a convertirnos en dependiente emocional. 
Esa falsa o exagerada seguridad, lleva a quien siente que la posee a considerar que tiene todo bajo su control, cuando no necesariamente es así, lo cual le hace propenso a  errores convirtiéndolo en vulnerable. Es común que ese individuo con aires de imprescindible se niegue a conocer e intentar nuevas cosas, hacer cambios,  porque ese camino que ha memorizado –tal vez por años- es la base de su seguridad. 
Este particular individuo siempre tratará  de rodearse de personas con menos calificaciones o experiencia, como parte de sus temores e inseguridades. Haciendo honor a aquel refrán “En el país de los ciegos, el tuerto es el rey”. En una perspectiva totalmente distinta el industrial, empresario y filántropo estadounidense Andrew Carnegie decía “El secreto de mi gran éxito, fue rodearme de personas mejores que yo”.
Sentirnos imprescindibles nos lleva a la soberbia, que San Agustín la describía de la siguiente manera: “La soberbia no es grandeza sino hinchazón, y lo que está hinchado parece grande, pero no está sano”. La realidad es que nada ni nadie es indispensable, a pesar de que todos podemos ser necesarios. 
El individuo soberbio se siente poseedor de la verdad, pretendiendo colocarse por sobre los demás. Ese individuo que se cree indispensable, cuando tiene la posibilidad de dirigir a otros, es maltratador y exige servilismo; aunque, paradójicamente,  es absolutamente servil y rastrero con quien considera que es su superior o de quien depende para conservar su poder o condiciones.   
Afirmaba el actor, escritor y dramaturgo inglés Peter Ustinov “Nadie sabe el sentido de la vida. De cualquier modo tiene poco sentido ser el hombre más rico del cementerio”. En similar orden de ideas, un autor anónimo refería que nunca había visto en un epitafio un estado financiero del difunto. Y el Papa Francisco, afirmó lo siguiente: "Nunca he visto un camión de mudanza detrás de un cortejo fúnebre, nunca".
 El escritor y conferencista mexicano Francisco Martín Moreno planteaba que se impresionó al descubrir que los muertos morían dos veces, una cuando se pierde la vida y la otra cuando ya nadie se acordaba de ellos, ni les llevaban flores al cementerio. Parece que allí se había acabado todo el sueño de ser imprescindibles. 
Para concluir, tengamos presente que “No es más grande quien más espacio ocupa, sino quien más vacío deja cuando se va”, tal cual lo expresa una reconocida frase célebre de autor anónimo.

Miguel A. Terán
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia.

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