“En la esperanza de alcanzar la luna, dejamos de
ver las flores que nacen a nuestros pies”.
Albert Schweitzer (1876-1965). Médico y filósofo
alemán. Premio Nobel de la Paz (1952)
REFLEXIÓN: Buena parte de la vida se nos va
mientras estamos absortos o entregados en la búsqueda de algo o alguien, que
muchas veces ni siquiera hemos definido con precisión. La indefinición de esa
meta o búsqueda de vida –porque no siempre es algo tan preciso como alcanzar la
luna- nos impide saber en qué momento la hemos logrado, de manera tal que
podemos buscarla por siempre, mientras se nos escapan otras muchas cosas,
personas y momentos.
Es una realidad que la vida es lo que pasa
mientras estamos ocupados tratando de entenderla o haciendo otras cosas.
Soñamos con el momento en que lograremos lo que deseamos, pero mientras tanto,
el tiempo pasa llevando con él nuestros sueños, ilusiones y la vida misma.
En esa búsqueda para satisfacer deseos, llevándolos
al extremo corremos el riesgo que “Cuando esos deseos se hagan realidad,
habremos destruido muchos de nuestros sueños”, según lo expresó el cantante,
compositor y actor Marilyn Manson. También debemos ser cuidadosos con el tipo
de persona en quien nos convertimos mientras buscamos satisfacer esos deseos.
“En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que
esperamos ser”, decía el dramaturgo, poeta y actor inglés William Shakespeare.
El deseo y anhelo, nos llenan de esperanzas, mientras
soñamos con poseer y disfrutar ese objeto de deseo. Cometemos el error de dar
por garantizado lo que ya creemos tener, hasta el punto que dejamos de
atenderlo, disfrutarlo y cuidarlo, porque ya no lo vemos, ni quizá sentimos,
porque nuestra mirada cambió hacia un horizonte muchas veces indefinido.
Nos olvidamos que la vida son momentos. Y tal
cual, refería el estadista y científico estadounidense Benjamin Franklin
“Un hoy vale por dos mañanas”. Por su parte, el escritor español Francisco de
Quevedo afirmaba “Lo mucho se vuelve poco con sólo desear otro poco más”.
Ese deseo siempre permanece insatisfecho, aunque
obtengamos resultados; porque es éste quien nos obliga a continuar en la
búsqueda inagotable, a visualizar siempre alguna meta más que debemos alcanzar.
“La mayor rémora de la vida es la espera del mañana y la pérdida del día de
hoy”, decía el filósofo Séneca.
Si miras a tu alrededor, por difíciles que sean
las circunstancias, encontraras bendiciones en tu vida y motivos, algunos
aparentemente insignificantes, para ser feliz. Nos hemos acostumbrado a ver con
tantas limitaciones, que el escritor ruso León Tolstoi, planteaba que
“Cruzamos el bosque y solo vemos leña para el fuego”. Disfrutemos más lo que
tenemos y preocupémonos menos por lo que nos falta.
Miguel A. Terán
Blog: www. miguelterancoach.blogspot.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia.
Si te ha gustado esta reflexión, DALE ME GUSTA
(LIKE) en las redes y COMPARTELA. Un buen mensaje toma valor y fuerza en
la medida que se transmite a mayor número de personas. Si cada uno de nosotros
reflexiona, aprende y cambia para mejor, todo cambiará para mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario