jueves, 2 de abril de 2015

REFLEXIÓN DEL DÍA (Jueves 02 de Abril de 2015)‏

“Lo que Juan dice de Pedro, dice más de Juan que de Pedro”.
Autor Anónimo

REFLEXIÓN: Un antiguo proverbio árabe nos recuerda  “Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: no lo digas”. En nuestra palabra está el poder de crear o destruir, por ello debemos reconocer y entender,  que las palabras “No son solo sonidos o símbolos escritos; son una fuerza. Para crear los acontecimiento de tú vida”, tal cual lo refiere el Dr. Miguel  Ruíz, en su reconocido libro Los cuatro Acuerdos. 
También es válido tener presente lo expresado por el Psicólogo y escritor Argentino Bernardo Stamateas, quien afirma que “Nuestras palabras son capaces de producir enormes incendios”. Por el contrario, cuando las utilizamos adecuadamente son nuestras mejores aliadas en la vida. Un autor anónimo nos dejó como lección de vida, que “Recordemos siempre poner en funcionamiento el cerebro antes de poner la lengua en movimiento”. 
Decía el filósofo griego Sócrates “Habla para que yo te conozca”, dejando entender que nuestra palabra nos describe. En similar orden de ideas el escritor y poeta estadounidense, Oliver Wendell Holmes, Sr, decía que “Toda lengua es un templo en el que está encerrada el alma del que habla”.
Mientras, en un tono fuerte y crítico expresaba el escritor, novelista español y miembro de Silla de la Real Academia Española, Miguel Delibes que “Cuando a las gentes les faltan músculos en los brazos, les sobran en la lengua”. 
Nuestra palabra nos libera, esclaviza, potencia o destruye, porque nosotros mismos somos los primeros beneficiarios o víctimas de lo que decimos o callamos. 
Equivocadamente, se plantean “críticas positivas”, que contienen el mismo error conceptual que la expresión  “envidia sana”, porque ambas tienen un contrasentido. Al respecto decía Jules Renard, el escritor y dramaturgo francés, que “Nuestra crítica consiste en reprochar a los demás el no tener las cualidades que nosotros creemos tener”. En el mismo tema, el consultor y profesor  venezolano, Adrián Cottin, afirma que “La crítica es negativa porque lastima el orgullo, hiere y despierta resentimiento”, aclarando el mismo A. Cottin que  “las conductas no deseadas, deben hacerse notar describiendo y mostrando la conducta deseable”. 
Tal vez, el problema –o el enredo - tiene algo de conceptual en el uso de la palabra; pero lo cierto, es que se logra mayor aceptación y cambio al hacer referencia a lo positivo que a lo negativo.  En su particular estilo y quizá en un tono más utilizado en su época, el político británico Winston Churchill, afirmaba que “Las críticas no serán agradables, pero son necesarias”. 
Es importante establecer una –tal vez - sutil, pero válida acotación,  para quien se identifique con lo expresado por W. Churchill, aclarando que no es lo mismo una  “persona crítica” que una “persona criticona”, la segunda, definitivamente tiene intenciones ocultas, o cuando menos envidia.  A través de la palabra verbal y escrita se hace visible y notoria la riqueza o la pobreza mental, emocional y espiritual que nos acompaña. 
Sin duda que son válidas las palabras del autor Zimmer Bradley “No hables mal de nadie cuya carga no hayas llevado a cuestas”.  Es muy fácil criticar desde nuestra perspectiva y circunstancias, pero ponerse en “los zapatos del otro”, no es tarea fácil, porque no siempre es fácil ser empático,  identificándonos y sensibilizándonos con lo que vive, piensa y siente la otra persona. 
Para muchos no es fácil controlar la lengua. Decía Denis Diderot, el escritor y filósofo francés “El que te habla de los defectos de los demás, con los demás, habla de los tuyos”.       En tono gracioso planteaba Douglas Malloch, el poeta y editor estadounidense,  que “El mentiroso más grande del mundo es: Según Dicen”. “No todos repiten los chismes que oyen. Algunos los mejoran”, comenta el famoso autor anónimo. 
Se dice que las mentes sabias discuten acerca de las ideas, las mentes medianas discuten acerca de los eventos o sucesos y las mentes mediocres discuten acerca de las personas.  
“Ten menos curiosidad por la gente y más curiosidad por las ideas”, recomendaba la brillante investigadora Marie Curie,  ganadora del Premio Nobel de Física (1903) y el Premio Nobel de Química (1911). Es válido, para concluir,  considerar las palabras del filósofo griego  Epicteto, quien dijo: “Si se habla mal de ti y es verdad, corrígete, si es mentira, ríete”.

Miguel A. Terán
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia.

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“Sueña, vive, reflexiona, aprende, ayuda y ora”.


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