“Lo que Juan dice de Pedro, dice más de Juan que
de Pedro”.
Autor Anónimo
REFLEXIÓN: Un antiguo proverbio
árabe nos recuerda “Si lo que vas a decir no es más bello que el
silencio: no lo digas”. En nuestra palabra está el poder de crear o destruir,
por ello debemos reconocer y entender, que las palabras “No son solo
sonidos o símbolos escritos; son una fuerza. Para crear los acontecimiento de
tú vida”, tal cual lo refiere el Dr. Miguel Ruíz, en su reconocido libro
Los cuatro Acuerdos.
También es válido tener presente
lo expresado por el Psicólogo y escritor Argentino Bernardo Stamateas, quien
afirma que “Nuestras palabras son capaces de producir enormes incendios”. Por
el contrario, cuando las utilizamos adecuadamente son nuestras mejores aliadas
en la vida. Un autor anónimo nos dejó como lección de vida, que “Recordemos siempre
poner en funcionamiento el cerebro antes de poner la lengua en movimiento”.
Decía el filósofo griego Sócrates
“Habla para que yo te conozca”, dejando entender que nuestra palabra nos
describe. En similar orden de ideas el escritor y poeta estadounidense, Oliver
Wendell Holmes, Sr, decía que “Toda lengua es un templo en el que está
encerrada el alma del que habla”.
Mientras, en un tono fuerte y
crítico expresaba el escritor, novelista español y miembro de Silla de la Real
Academia Española, Miguel Delibes que “Cuando a las gentes les faltan músculos
en los brazos, les sobran en la lengua”.
Nuestra palabra nos libera,
esclaviza, potencia o destruye, porque nosotros mismos somos los primeros
beneficiarios o víctimas de lo que decimos o callamos.
Equivocadamente, se plantean
“críticas positivas”, que contienen el mismo error conceptual que la expresión
“envidia sana”, porque ambas tienen un contrasentido. Al respecto decía
Jules Renard, el escritor y dramaturgo francés, que “Nuestra crítica consiste
en reprochar a los demás el no tener las cualidades que nosotros creemos
tener”. En el mismo tema, el consultor y profesor venezolano, Adrián
Cottin, afirma que “La crítica es negativa porque lastima el orgullo, hiere y
despierta resentimiento”, aclarando el mismo A. Cottin que “las conductas
no deseadas, deben hacerse notar describiendo y mostrando la conducta
deseable”.
Tal vez, el problema –o el enredo
- tiene algo de conceptual en el uso de la palabra; pero lo cierto, es que se
logra mayor aceptación y cambio al hacer referencia a lo positivo que a lo
negativo. En su particular estilo y quizá en un tono más utilizado en su
época, el político británico Winston Churchill, afirmaba que “Las críticas no
serán agradables, pero son necesarias”.
Es importante establecer una –tal
vez - sutil, pero válida acotación, para quien se identifique con lo
expresado por W. Churchill, aclarando que no es lo mismo una “persona
crítica” que una “persona criticona”, la segunda, definitivamente tiene intenciones
ocultas, o cuando menos envidia. A través de la palabra verbal y escrita
se hace visible y notoria la riqueza o la pobreza mental, emocional y
espiritual que nos acompaña.
Sin duda que son válidas las
palabras del autor Zimmer Bradley “No hables mal de nadie cuya carga no hayas
llevado a cuestas”. Es muy fácil criticar desde nuestra perspectiva y
circunstancias, pero ponerse en “los zapatos del otro”, no es tarea fácil,
porque no siempre es fácil ser empático, identificándonos y
sensibilizándonos con lo que vive, piensa y siente la otra persona.
Para muchos no es fácil controlar
la lengua. Decía Denis Diderot, el escritor y filósofo francés “El que te habla
de los defectos de los demás, con los demás, habla de los
tuyos”. En tono gracioso planteaba Douglas
Malloch, el poeta y editor estadounidense, que “El mentiroso más grande
del mundo es: Según Dicen”. “No todos repiten los chismes que oyen. Algunos los
mejoran”, comenta el famoso autor anónimo.
Se dice que las mentes sabias
discuten acerca de las ideas, las mentes medianas discuten acerca de los
eventos o sucesos y las mentes mediocres discuten acerca de las personas.
“Ten menos curiosidad por la
gente y más curiosidad por las ideas”, recomendaba la brillante investigadora
Marie Curie, ganadora del Premio Nobel de Física (1903) y el Premio Nobel
de Química (1911). Es válido, para concluir, considerar las palabras del
filósofo griego Epicteto, quien dijo: “Si se habla mal de ti y es verdad,
corrígete, si es mentira, ríete”.
Miguel A. Terán
Blog: www. miguelterancoach.blogspot.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de
Wikipedia.
Si te ha gustado esta reflexión,
DALE ME GUSTA (LIKE) en las redes y COMPARTELA. Un buen mensaje toma
valor y fuerza en la medida que se transmite a mayor número de personas. Si
cada uno de nosotros reflexiona y cambia para mejor, todo cambiará para mejor.
“Sueña, vive, reflexiona,
aprende, ayuda y ora”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario