“Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas
no te dejarán ver las estrellas”.
Rabindranath Tagore (1861 – 1941). Filósofo,
escritor y poeta de la india. Premio Nobel de Literatura (1913).
REFLEXIÓN: La vida brinda innumerables oportunidades, y es normal perder algunas de éstas, pero –con seguridad- vendrán otras nuevas. Estancarnos en el sufrimiento, rabia, tristeza o miedo que puede ocasionar la perdida solo impedirá que podamos ver nuevas alternativas u opciones. El Psiquiatra y psicoterapeuta austriaco Viktor Frankl afirmaba “Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento”.
Es válido sentir dolor, pero sufrir es opcional decía el sabio Buda. Especialmente en las relaciones personales y vinculaciones afectivas siempre queda una sensación de vacío cuando se acaban o transforman. En otras desvinculaciones surgen incertidumbres y temores; por ejemplo, cuando perdemos un trabajo. Sin embargo, en innumerables ocasiones perder algo nos brinda oportunidades de cambio y progreso, de romper algunas creencias, descubrir habilidades ocultas, dependiendo de la actitud que tomemos ante lo ocurrido. Lo que parecía una tragedia abre nuevos horizontes y caminos.
Con el paso del tiempo, podemos acostumbrarnos a
condiciones, relaciones y situaciones no tan buenas, tal vez por aquello de
“más vale malo conocido, que bueno por conocer”, continuamos
soportándolas. En estos casos, lograr cortar o desapegarse puede
brindarnos la necesaria paz. Es reconocido que una de las principales causas
del sufrimiento son los apegos a personas y cosas.
Decía el poeta inglés Lord Byron que “El recuerdo
de la felicidad ya no es felicidad; el recuerdo del dolor es todavía dolor”. Es
cierto que hemos olvidado momentos difíciles de nuestra vida cuando podemos
llegar a recordarlos sin dolor. Expresaba Pablo Neruda en su Poema 20 “Es tan
corto el amor, y tan largo el olvido”.
Con la vista nublada por lágrimas o con la mente
cerrada, no será posible ver o considerar otras oportunidades, perspectivas u
horizontes. Pequeñas estrellas lejanas y opacadas por la cercanía del sol, en
realidad pueden ser más grandes y luminosas que éste. Así mismo ocurre con
personas, lugares y cosas que no eran parte de nuestra atención ni percepción,
hasta que desaparece lo que impedía verlas. En ese momento –casi por necesidad-
nos abrimos hacia un mundo hasta los momentos desconocido, quizá prohibido por
el miedo y temor, pero que ahora nos brinda prometedoras oportunidades. Como
dice la expresión “No hay que llorar por lo que se fue. Hay que abrir los
brazos y recibir lo que viene”.
Miguel A. Terán
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia.
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la medida que se transmite a mayor número de personas. Si cada uno de nosotros
reflexiona y cambia para mejor, todo cambiará para mejor.
“Sueña, vive, reflexiona, aprende, ayuda y ora”.
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