“A veces, lavándonos las manos, nos ensuciamos la
conciencia”.
Autor desconocido.
REFLEXIÓN: Una frase de origen bíblico, tomada
como expresión popular, y utilizada por quien trata de escapar de alguna
responsabilidad es: “Lavarse las manos como Poncio Pilatos”. Sin embargo,
lavarse las manos no exonera de la responsabilidad por las decisiones o
acciones que hemos tomado o no.
“Tarde o temprano los seres humanos serán
juzgados, no por el color de su piel, sino por el color de su conciencia”,
fueron palabras del líder Martin Luther King. Por su parte, el escritor y
orador invidente estadounidense Jim Stovall, afirma que ser “Integro es
hacer lo correcto aunque nadie nos esté mirando”. La razón para las palabras de
J. Stovall la había pronunciado –casi un siglo antes- el pintor neerlandés
Vincent Van Gogh, diciendo “La
conciencia vale por mil testigos”.
Quien no tiene conciencia vive si criterio ni
pauta ética, vendiendo su alma a la mejor oferta, quizá ni siquiera al mejor
postor. Su palabra clave es la oportunidad, que la desvirtúa y convierte en
oportunismo. Llega a considerar que vale por lo que tiene, incluyendo su
poder, o lo que hace, pero nunca por lo que es, porque al enfrentarse
consigo mismo siente vergüenza. Aunque en muchas oportunidades este espécimen
de la fauna humana, logra esconder su desviada conducta de la
conciencia, tal cual lo refería la filósofa francesa Simone Weil cuando
afirmó que “Para que tu mano derecha ignore lo que hace la izquierda, habrá que
esconderla de la conciencia”.
Estos especímenes se rodean de otros –iguales o
peores- que revolotean a su alrededor - como aves de rapiña – siempre
dispuestos a exonerarlos, exculparlos o descargarlos de pecado y culpa
–ayudándole a lavar sus manos – con la sola condición de que compartan
con ellos algo del botín.
En un mundo plagado de comercio e interés, donde
todo parece tener etiqueta y precio, no es de extrañarse que existan
compradores y vendedores de conciencias, y que la conciencia sea considerada
una mercancía.
Algunas veces nos cuesta determinar quién es
quién, en ese mundo que describimos en el párrafo anterior, donde hay tantos
intereses y tantos “Camaleones” juegan para los “dos equipos”, con una
“conciencia amañada” que pretende justificar de muchas formas lo
injustificable. La frase «Ley Campoamor» que se basa en el texto
del famoso poema del español Ramón de Campoamor transmite esa triste verdad:
«En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del
cristal con que se mira».
Estos especímenes para justificar los
“logros” alcanzados –en tan poco tiempo - tendrían que contar –algo así – como
“Una de vaqueros” o presentar “Certificados de Magia”. Recordemos que al
verdadero éxito - al éxito integral- ese que nos convierte en seres
humanos, no le llegamos por ascensor sino subiendo escalón por escalón de la
escalera. En caso de duda es siempre recomendable tener presente las palabras
del filósofo y escritor español Miguel De Unamuno “Hay que buscar la
verdad y no la razón de las cosas”, porque la razón, sin la verdad, se
convierte en justificación.
Más allá de cualquier explicación es necesario
tener presente que “La conciencia es nuestra brújula”, tal cual lo expresó el
pedagogo romano Marco Fabio Quintiliano. Y con seguridad, perderla no nos
llevará a ningún buen lugar. El sabio Sócrates consideraba que "La buena conciencia
es la mejor almohada para dormir".
Una conciencia, que no respeta principios ni
valores, es en realidad una inconciencia que nos aísla del mundo
convirtiéndonos en seres individualistas e insensibles, solo preocupados por lo
que consideramos, nos afecta directamente. Sin capacidad para comprender que
“todo nos afecta a todos” porque estamos en un mismo lugar. Al final debemos
rendir cuenta a la conciencia, y nuestras acciones buenas y malas, quedarán
como huella imperecedera de nuestro transitar por la vida, no importa
cuántas veces lavemos nuestras manos.
Miguel A. Terán
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia.
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la medida que se transmite a mayor número de personas. Si cada uno de nosotros
reflexiona y cambia para mejor, todo cambiará para mejor.
“Sueña, vive, reflexiona, aprende, ayuda y ora”.
Excelente reflexión.
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