“Dos tragedias hay en la vida: una, no lograr lo que
ansía el corazón; la otra es lograrlo.”
George Bernard Shaw (1856 -1950). Escritor irlandés. Premio
Nobel de literatura (1925) y Premio Óscar (1938).
REFLEXIÓN: En el transitar por la vida dedicamos tiempo y
esfuerzo a diferentes intereses, a motivaciones desconocidas y a innumerables
deseos, que surgen en el camino y nos hacen perder el equilibrio necesario para
alcanzar la vida que en algún momento soñamos. Nos llenamos de contradicciones entre
lo que hacemos, lo que debemos hacer, lo que deseamos hacer y lo que otros esperan que hagamos. Nuestros hábitos
consumen nuestros sueños y nos convertimos en extraños, hasta para nosotros
mismos.
En no pocas ocasiones al alcanzar lo que ansía el corazón,
aparece el ego haciendo compañía y se desvirtúa
todo. Es allí donde posiblemente comienza la tragedia que menciona George Bernard Shaw, que después se convierte
en la búsqueda irracional e ilimitada para satisfacer deseos, que nos mantiene
en constante y continua insatisfacción con lo que tenemos. El emperador francés
Napoleón Bonaparte, afirmaba –tal vez por experiencia propia - que “La ambición
jamás se detiene, ni siquiera en la cima de la grandeza”.
Esa búsqueda nos atrapa de tal manera que no disponemos
del tiempo requerido para disfrutar lo que vamos logrando, porque seguimos
enfocados en buscar siempre algo más, que en algún momento ya ni sabemos de qué
se trata. Nos llenamos de apegos y nos
convertimos en acumuladores. Tal cual lo dice el filósofo español Fernando
Savater, “Lo que poseemos nos posee”.
El autor y orador motivacional Jim Rohn consideraba que “La
pregunta más importante en las diferentes etapas de nuestra vida, no es ¿Qué
estoy consiguiendo?, sino ¿En qué me estoy convirtiendo?”.
Debemos ser en extremo cuidadosos con el tipo de
individuo en que nos convertimos mientras logramos alcanzar lo que
deseamos, porque sin darnos cuenta vamos
cambiando y transformándonos, en un ser diferente a quien éramos y, quizá, nada
parecido con el que soñábamos llegar a
ser.
Desesperadamente buscamos alcanzar un nivel de vida, que
en muchos casos es referido por otros o por la sociedad; y en esa búsqueda se
nos va la vida al no saber cuándo lo alcanzamos, porque todo el tiempo cambia.
Muchos valores, que en algún momento fueron nuestra guía,
quedan abandonados a lo largo del camino
que escogemos. Bien lo decía el escritor y poeta inglés Percy B. Shelley “Lo
que importa verdaderamente en la vida no son los objetivos que nos
establecemos, sino los caminos que seguimos para lograrlos”. Tengamos presente
que algunos caminos, parecen una atractiva alternativa a corto o mediano plazo,
pero definitivamente no son buena
opción.
Decía San Agustín “Buscad lo suficiente, buscad lo que
basta. Y no queráis más. Lo que pasa de ahí, es agobio, no alivio; apesadumbra
en vez de levantar”. Comenzar a transitar un camino es importante, pero más aún
es saber dónde debemos detenernos; independientemente, de las ofertas de la buena fortuna que nos tiente o motive para continuar adelante.
Miguel A. Terán
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Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia.
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Si cada uno de nosotros reflexiona y cambia para mejor, todo cambiará para
mejor.
“Sueña, vive, reflexiona, aprende, ayuda y ora”.
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