lunes, 2 de febrero de 2015

REFLEXIÓN DEL DÍA (Martes 03 de Febrero de 2015)

“De la conducta de cada uno depende el destino de todos”.
Alejandro Magno (356 AC – 323 AC). Rey de Macedonia. Gran Rey de Media y Persia. Faraón de Egipto. 
REFLEXIÓN: Desde muy joven Alejandro Magno fue preparado para reinar, para lo cual lo fue formado exhaustivamente en lo militar y grandes maestros de la época se encargaron de su formación educativa y cultural. En lo intelectual y filosófico fue -nada menos-  que alumno del gran filósofo Aristóteles. Esa equilibrada y refinada formación educativa, cultural, intelectual, militar y filosófica, le permitió alcanzar hazañas y triunfos que le llevaron a poseer el más grande imperio de su tiempo y a convertirse en un mito.   
Muchas batallas, muchos soldados, muchas conquistas, muchos pueblos, pero Alejandro Magno reconocía la importancia de la conducta de cada uno en el destino de todos.
Es clave entender que no somos ni pequeños ni insignificantes y que nuestra contribución es válida e importante para lo bueno, pero tristemente también lo será para lo malo. No somos otra cosa que lo que hacemos de nosotros mismos, decía el filósofo y escritor francés Jean Paul Sartre. Parece no haber lugar a duda que lo que cada uno hace de sí mismo termina impactando, para bien o para mal, el destino de otros.
 Todos tenemos un entorno de influencia, tal vez el más pequeño en tamaño sea nuestra propia familia. Lo que hagamos o dejemos de hacer en ese entorno tendrá impacto en algún momento en la sociedad, ya que los miembros de la familia constituyen parte de ese entorno social más amplio.
La educación y los valores que prodigamos en nuestra familia, saldrán de allí acompañando a cada uno de sus miembros y son esos valores con los que ellos actuaran y participaran como seres humanos y sociales. Como miembros de una familia debemos procurar que todos participen de manera positiva al engrandecimiento y consolidación de la familia, y así estaremos contribuyendo a construir una sociedad más sólida.
 Algunos individuos han sido líderes de cambios que modificaron el rumbo de la historia, unos merecen aplausos, otros no. Otros muchos, han brindado aportes a causas también importantes desde sus posibilidades y recursos. No hay aporte insignificante, cuando de logros sociales se trata porque nos beneficiamos todos.
Debemos comprender que como miembros de una comunidad tenemos un rol social,  que por el hecho de no asumirlo activamente no escapamos de la responsabilidad ni de sus consecuencias. Decía Martin Luther King el pastor estadounidense, luchador por los derechos civiles y Premio Nobel de la Paz (1964): “No me preocupa tanto la gente mala, sino el espantoso silencio de la gente buena”.
Como seres sociales no podemos considerar únicamente  nuestro solo beneficio individual o en extremo el beneficio de nuestro reducido grupo familiar o de amistades, porque somos parte de un entorno social de mayor dimensión, que más temprano que tarde podría castigar el error de una corta o miope visión de nuestra parte.

Miguel A. Terán
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia.

Si te ha gustado esta reflexión, DALE ME GUSTA (LIKE) en las redes  y COMPÁRTELA. Un buen mensaje toma valor y fuerza en la medida que se transmite a mayor número de personas. Si cada uno de nosotros reflexiona y cambia para mejor, todo cambiará para mejor.

 “Sueña, vive, reflexiona, aprende, ayuda y ora”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario