San Francisco
de Sales (1567 – 1622). Santo y Obispo de Ginebra. Doctor de la Iglesia y
Patrono de los escritores y periodistas.
REFLEXIÓN: Yo
soy yo y el otro o los otros son los demás, diferencia que nos aleja de
sentirnos parte de un importante y vital: Nosotros. La realidad es que para que
las cosas marchen bien, lo primero que debemos hacer es reconocer la existencia
del otro como parte de un nosotros.
Somos solo
individuos hasta tanto nos integramos en sociedad, donde debemos transformarnos
en seres humanos, conscientes de la importancia de interactuar en beneficio de
todos. Aunque –tristemente- muchos continúan -por siempre- siendo individuos,
sin llegar a entender que son parte de un todo, colocan sus intereses
personales por encima del interés colectivo.
Desgraciadamente,
nos acostumbramos a pensar en la primera persona del singular: Yo. Y quizá –en
extremo- en un “Nosotros” muy restringido y sectario, intransigente y nada
negociable, bloqueado en defensa de una posición, idea, partido, etcétera.
La palabra
clave para lograr algo distinto parece ser: Sinergia, que el diccionario define
como “La acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los
efectos individuales”.
Ese efecto de
pensar distinto, de pensar en nosotros como comunidad, es sinérgico. Expresaba
el fallecido escritor y orador estadounidense Stephen Covey en su excelente
libro “La 3ra. Alternativa”, que “Sinergia no es lo mismo que consenso. En el
mejor de los casos, en un consenso, uno más uno es igual a uno y medio. Todos
pierden algo. Sinergia no es resolver un conflicto. Cuando alcanzamos la
sinergia, trascendemos el conflicto”. 1
Cuando
comprendemos que el bienestar de todos es el bienestar de cada uno de nosotros,
comenzamos a reconocer la existencia del otro y a valorar al otro. Cuando no
hemos avanzado para llegar allí, estaremos pensando y actuando en términos de
la importancia de lo mío y de mis intereses, sin tomar en consideración a mis
coterráneos.
En esa
posición extrema, entre el individualismo y el colectivismo, se pierden el
sentido de sociedad, porque aparecen críticas y críticos de lado y lado,
diluyéndose la importancia de pensar no solo en mí sino en nosotros. El
Presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, planteaba una interesante
perspectiva y sus límites, cuando años atrás dijo: “Creo en el individualismo,
pero solo hasta cuando el individualista empieza a crecer a expensas o a costa
de la sociedad”.
El notable
pensador estadounidense Ralph Waldo Emerson afirmaba que “La sociedad es en
todos los sitios una conspiración contra la personalidad de cada uno de sus
miembros”; sin embargo, ese sacrificio de algo de lo individual parece ser el
precio a pagar por vivir en comunidad y disfrutar los beneficios que ellos nos
aporta, al permitirnos expresar nuestra humanidad y conciencia de seres
sociales.
Miguel A.
Terán
Twitter:
@MiguelATeranO
Nota: imagen
extraída de la web
Referencias:
Tomadas de Wikipedia.
1. Covey,
Stephen (2012). La 3ra Alternativa. Buenos Aires: Editorial Paidós. Pág. 27
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Un buen mensaje toma valor y fuerza en la medida que se transmite a mayor
número de personas. Si cada uno de nosotros reflexiona y cambia para mejor,
todo cambiará para mejor.
“Sueña, vive,
reflexiona, aprende, ayuda y ora”.
Importante reflexión que puede describir un poco lo que nos falta en este momento que vive el pais, tenemos que pensar y actuar en colectivo para lograr un cambio positivo si seguimos actuando individualmente fracasaremos en nuestra sociedad. Gracias Miguel
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