“Es la mente
lo que nos hace libres o esclavos”.
Franz
Grillparzer (1791-1872) Dramaturgo austriaco.
REFLEXIÓN: El
concepto de libertad es muy relativo, amplio y restringido a la vez, con
niveles y degrades. La libertad en el sentido más puro parece una utopía. La
percepción de sentirse o no libre y la ignorancia están íntimamente
relacionadas con la libertad. Podemos ser esclavos y no lo sabemos, porque no
siempre es fácil percibir la esclavitud.
La verdad es
que para ser totalmente libres tendríamos que vivir aislados y quizá todavía
sería imposible, porque deberíamos respetar muchos principios y leyes naturales
para evitar problemas.
La mayor parte
de nuestras esclavitudes, esas que no sentimos porque las vivimos desde muy
pequeños, nos acompañarán por siempre, a menos que tomemos conciencia de ellas
y podamos luchar para eliminarlas. El novelista inglés Samuel Butler consideraba que mucha gente no puede ni emanciparse o
liberarse, es decir, no puede ni darse cuenta de la esclavitud en que le
mantienen las ideas en medio de las cuales se ha educado.
La historia
del elefante del circo que vive atado a una cadena y estaca de hierro, ésta
última clavada en el suelo, es un buen ejemplo. Desde pequeño este elefante fue
amarrado con esa cadena y estaca, por mucho tiempo intentó soltarse, pero no
pudo porque no tenía fuerza para lograrlo, la razón, era joven y poco fuerte.
Pasados los años, el elefante creció y aún sigue atado, pero ahora por su
mente, porque la realidad es con su tamaño actual y su fuerza podría sacar la
estaca del suelo con un mínimo esfuerzo, pero no podrá porque está convencido
de no poder.
Existe una
libertad por la que todos luchamos, esa libertad que nos permite sentirnos
respetados y libres para expresarnos. Al hablar de falta de libertad,
generalmente, hacemos referencia a sociedades restringidas en sus
derechos civiles y de otro tipo. Sin embargo, la libertad tiene otras
innumerables restricciones y esclavitudes, porque somos esclavos de muchas
cosas, entre ellas de un horario, de una deuda, de un amor, de la belleza, de
un trabajo, de un deseo, de un apego, del pasado, del futuro y paremos de
contar. Simplemente, es otro tipo de esclavitud, pero que también esclaviza y
tortura sin misericordia, porque está en nuestra mente, y hasta en nuestro
corazón. En el mismo orden de ideas la escritora e intelectual francesa
Germaine de Staël consideraba que “La libertad es incompatible con el amor. Un
amante es siempre un esclavo”.
En la vida
perseguimos muchas cosas, para perder en ellas la ansiada libertad. Buscamos
poder y dinero, y luego somos esclavos de ese poder y dinero que hemos logrado
poseer. Siempre es válido tener presentes las sabias palabras del filósofo
español Fernando Savater: “Lo que poseemos nos posee”.
Somos esclavos
de nuestros sueños, esperanzas, temores y miedos. Las cadenas de oro
también atan, pero su resplandor no permite darnos cuenta de la realidad,
nos deslumbra. Cuesta creer que un pájaro sea libre cuando vive en una jaula,
no importa que ésta sea de oro. Sin embargo, el escritor y Premio Nobel de
Literatura, el español Camilo José Cela consideraba que “La libertad es una
sensación. A veces puede alcanzarse encerrado en una jaula, como un pájaro”.
El filósofo
francés Jean Jacques Rousseau afirmaba que “El hombre ha nacido libre y por
doquiera se encuentra sujeto con cadenas” y decía también que “La libertad es alimento nutritivo, pero
de difícil digestión. Es, por tanto, necesario preparar a las personas mucho
tiempo antes de dárselo”. Por
su parte, el escritor, orador y político romano Cicerón plantaba que: ”Para ser libres hay que ser esclavos de la ley”.
Con cada
espacio de libertad debemos saber qué hacer con ella, porque la libertad
requiere responsabilidad para reconocerla, utilizarla y conservarla. Y
es sano liberarnos de innecesarias esclavitudes.
Miguel A.
Terán
Twitter:
@MiguelATeranO
Nota:
imagen extraída de la web
Si te ha
gustado, COMPARTE.
“Sueña, vive,
reflexiona, aprende, ayuda y ora”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario