lunes, 1 de diciembre de 2014

PENSAMIENTO Y REFLEXIÓN DEL DÍA Martes 02 de Diciembre de 2014

“Si sigues diciendo que pasaran cosas malas, tienes una buena opción de convertirte en profeta”.
Isaac Bashevis Singer (1904 -1991). Escritor polaco. Premio Nobel de Literatura (1978).

REFLEXIÓN: La reconocida teoría de la profecía auto-cumplida nos indica que una vez hecha una predicción, esa misma predicción produce o provoca comportamientos que contribuyen a que se haga realidad. Esto ocurre con mucha frecuencia en el mundo real, tal vez más que en el mundo de los adivinadores, porque cuando predecimos  que lograremos algo -con alta probabilidad- lo estaremos logrando; por el contrario, si predecimos que no podremos lograrlo, con alta probabilidad, no lo estaremos logrando.
"Tanto si crees que puedes como si no, estás en lo cierto", decía años atrás el reconocido industrial estadounidense Henry Ford. En similar orden de ideas el famoso pintor español Pablo Ruiz Picasso consideraba que "Puede quien cree que puede, y no puede el que cree que no puede. Esta es una ley inexorable." 
Existen personas “especializadas” en ver el lado negativo de las cosas, su tendencia natural es a ver el lado oscuro de la vida. Para estas personas cada pro tiene innumerables contras. Siempre tendrán una profecía negativa para cualquier acción o resultado. 
La versión negativa de la vida también tiene su lado de negocios, por ello, una conocida expresión refiere que se nos regalan miedos para vendernos seguridad. Esto es realidad en una sociedad que nos llena a diario de ansiedad sobre el futuro, estimulando para que anticipemos y magnifiquemos potenciales riesgos, tomando en muchos caso previsiones innecesarias. 
Vender lo negativo tiene un gran mercado, de hecho el amarillismo o sensacionalismo de los medios de comunicación comercializan valiosos espacios publicitarios, en un mundo lleno de miedos que van desde lo sublime a lo ridículo. Es una realidad que las cosas cambian de la noche a la mañana, pero también es cierto que todo depende de la armonía y equilibrio con los que enfrentamos la vida. 
No existe limites a lo que -consideramos o estimamos- requerimos acumular para un futuro que predecimos complicado e incierto, y tal es la preocupación, que estamos dispuestos a sacrificar nuestro presente en busca de ese futuro que no sabemos si llegará. ¿Qué es la avaricia? se preguntaba –varios siglos atrás- el monje francés San Bernardo de Claraval, respondiéndose el mismo: “Un continuo vivir en la pobreza por temor a ser pobre”. 
Buscamos los “peros” a todo, tratando de cubrir cualquier riesgo para protegernos. Existe una relación directa y creciente entre nuestras preocupaciones y la cantidad de cosas que tenemos, porque podemos perder más. Parece que nos complace enumerar nuestros  pesares, pero no enumerar las  alegrías, nos recordaba el escritor ruso Fiódor Dostoievski. 
El pesimismo tiene un efecto tan dañino que se requieren elevadas “dosis de optimismo” para recuperar el terreno perdido. Esa visión negativa del futuro está reñida con la posibilidad de éxito y felicidad. Entonces, pongamos palabras positivas en nuestra mente y corazón, para que se hagan realidad a través de nuestras palabras y acciones buenas profecías para bienestar de todos.

Miguel A. Terán
Twitter: @MiguelATeranO

 Nota: imagen extraída de la web
 Si te ha gustado, COMPARTE.


“Sueña, vive, reflexiona, aprende, ayuda y ora”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario