“Si sigues
diciendo que pasaran cosas malas, tienes una buena opción de convertirte en
profeta”.
Isaac Bashevis
Singer (1904 -1991). Escritor polaco. Premio Nobel de Literatura (1978).
REFLEXIÓN: La
reconocida teoría de la profecía auto-cumplida nos indica que una vez hecha una
predicción, esa misma predicción produce o provoca comportamientos que
contribuyen a que se haga realidad. Esto ocurre con mucha frecuencia en el
mundo real, tal vez más que en el mundo de los adivinadores, porque cuando
predecimos que lograremos algo -con alta probabilidad- lo estaremos
logrando; por el contrario, si predecimos que no podremos lograrlo, con alta
probabilidad, no lo estaremos logrando.
"Tanto si
crees que puedes como si no, estás en lo cierto", decía años atrás el
reconocido industrial estadounidense Henry Ford. En similar orden de ideas el
famoso pintor español Pablo Ruiz Picasso consideraba que "Puede quien cree
que puede, y no puede el que cree que no puede. Esta es una ley inexorable."
Existen
personas “especializadas” en ver el lado negativo de las cosas, su tendencia
natural es a ver el lado oscuro de la vida. Para estas personas cada
pro tiene innumerables contras. Siempre tendrán una profecía negativa para
cualquier acción o resultado.
La versión negativa de la vida también tiene su lado de negocios, por ello,
una conocida expresión refiere que se nos regalan miedos para vendernos
seguridad. Esto es
realidad en una sociedad que nos llena a diario de ansiedad sobre el futuro,
estimulando para que anticipemos y magnifiquemos potenciales riesgos, tomando
en muchos caso previsiones innecesarias.
Vender lo
negativo tiene un gran mercado, de hecho el amarillismo o sensacionalismo de
los medios de comunicación comercializan valiosos espacios publicitarios, en un
mundo lleno de miedos que van desde lo sublime a lo ridículo. Es una realidad
que las cosas cambian de la noche a la mañana, pero también es cierto que todo
depende de la armonía y equilibrio con los que enfrentamos la vida.
No existe
limites a lo que -consideramos o estimamos- requerimos acumular para un futuro
que predecimos complicado e incierto, y tal es la preocupación, que estamos
dispuestos a sacrificar nuestro presente en busca de ese futuro que no sabemos
si llegará. ¿Qué es la avaricia? se preguntaba –varios siglos atrás- el monje
francés San Bernardo de Claraval, respondiéndose el mismo: “Un continuo vivir
en la pobreza por temor a ser pobre”.
Buscamos los
“peros” a todo, tratando de cubrir cualquier riesgo para protegernos. Existe
una relación directa y creciente entre nuestras preocupaciones y la cantidad de
cosas que tenemos, porque podemos perder más. Parece que nos complace enumerar
nuestros pesares, pero no enumerar las alegrías, nos recordaba el
escritor ruso Fiódor Dostoievski.
El pesimismo
tiene un efecto tan dañino que se requieren elevadas “dosis de optimismo” para
recuperar el terreno perdido. Esa visión negativa del futuro está reñida con la
posibilidad de éxito y felicidad. Entonces, pongamos palabras positivas en
nuestra mente y corazón, para que se hagan realidad a través de nuestras
palabras y acciones buenas profecías para bienestar de todos.
Miguel A.
Terán
Twitter:
@MiguelATeranO
Nota:
imagen extraída de la web
Si te ha
gustado, COMPARTE.
“Sueña, vive,
reflexiona, aprende, ayuda y ora”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario