viernes, 5 de diciembre de 2014

PENSAMIENTO Y REFLEXIÓN DEL DÍA Viernes 05 de Diciembre de 2014

“No hay nada repartido de modo más equitativo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente”.
René Descartes (1596-1650) Filósofo y matemático francés.

REFLEXIÓN: La naturaleza repartió innumerables características a los seres humanos de manera heterogénea, mujeres, hombres, altos, bajos, gordos, flacos, blancos, negros, y otras muchas; pero la razón parece ser la única repartida de manera homogénea entre todos, aunque cada uno de nosotros considera ser su único poseedor.  El poeta, novelista, dramaturgo y científico alemán Johann Wolfgang Goethe consideraba que “Somos todos tan limitados, que creemos siempre tener razón”.
Mucho de lo que aprendemos, razonamos o reflexionamos  nos sirve principalmente para argumentar nuestras razones. Algo peor aún es argumentar razones sin ninguna base válida, porque eso es testarudez e ignorancia pura. No obstante, llegar al extremo de vivir una vida absolutamente razonada es una forma de locura; tal vez por ello, el pianista y compositor alemán Robert Schumann consideraba que hay que escuchar a la razón, pero dejar hablar al sentimiento.
La razón ilumina pero enceguece, decía el escritor francés Romain Rolland, Premio Nobel de Literatura 1915.  En similar orden de ideas, el escritor y filósofo español, Miguel de Unamuno decía que no existe peor intolerancia que la de la razón. “La razón siempre ha existido, pero no siempre en una forma razonable”, planteaba el filósofo, sociólogo, historiador, economista y político Karl Marx.
Un autor anónimo indicó que “La Tolerancia es esa sensación molesta de que al final el otro pudiera tener razón”, en otras palabras, parece que somos tolerantes cuando tenemos dudas acerca de nuestra propia razón, no queda otra opción sin conflicto.  El político y Canciller alemán Konrad Adenauer afirmaba que “En política lo importante no es tener razón sino que se la den a uno”.
La razón también tiene sus limitaciones para expresarse; por ello, el escritor español Francisco De Quevedo decía “Donde hay poca justicia es un peligro tener razón”. Quizás, porque “el enemigo solo empieza a ser terrible cuando empieza a tener razón”, planteaba el dramaturgo, director, guionista y productor de cine español Jacinto Benavente, Premio Nobel de Literatura 1922.
El escritor, periodista y filósofo español Eugenio d'Ors consideraba que  “La razón es también una pasión”. Por su parte, el escritor Oscar Wilde, en lo que fue su tradicional estilo de expresarse, planteaba que “Se puede admitir la fuerza bruta, pero la razón bruta es insoportable”. El síndrome de testarudez, un reflejo extremo y patológico de la razón, ya ha sido reconocido como una nueva enfermedad mental. No obstante, existe un punto de equilibrio entre testarudez y perseverancia.
Cuando la razón indica decepción hay que darle paso a la razón para que no sufra el corazón, dice Juan Guillermo Arenas Marín; parece que racionalizar para conseguir razones de alguna manera nos protege, por su puesto cuando no la llevamos a extremos. No obstante, para muchas personas la razón es su razón, y no están dispuestos a ceder ningún espacio de su razón, ni menos aceptar cambios ni recomendaciones. Lo importante, a tener en cuenta,  es que nuestras ideas no sean obstinadas, al extremo, que afecten la dinámica diaria de nuestras vidas y las de quienes nos rodean.  Entonces, aprendamos a escuchar y considerar otras razones.

Miguel A. Terán

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Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia.

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“Sueña, vive, reflexiona, aprende, ayuda y ora”.

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