"Al
subir a la montaña ten la vista clavada en la senda que conduce a la cumbre,
pero que no se te olvide mirar lo que tienes a tus pies".
René
Daumal (1908-1944) Escritor, ensayista, traductor y poeta francés.
REFLEXIÓN:
Algunas veces nos dedicamos a mirar tan alto, olvidando por donde caminamos,
hasta que pisamos en falso y conocemos el suelo. En muchas oportunidades nos
olvidamos del camino recorrido y de quienes nos acompañaron, especialmente en
los momentos difíciles, considerando que todo lo logrado fue nuestra obra, sin
mérito para nadie más. Incluso, es común conocer individuos que niegan haber
transitado por allí, tal vez les apena reconocerlo. Otros, lucen o exponen esa experiencia, con
alguna intención o interés de fondo, aunque – tal vez - hace mucho que la olvidaron
y de la cual ya no son parte, quizá nunca lo fueron.
Un
autor anónimo haciendo una crítica al respecto dijo “Si sigues así, va a llegar
un momento en el que te vas a detener y vas a mirar el camino de tu vida, y a
los costados del camino verás a todos los seres a los que has dañado”. La idea
real es transitar y hacer camino al andar, pero un buen camino que pueda servir
de guía a quienes vienen detrás de nosotros, como dijo el poeta español Antonio Machado:
“Caminante,
son tus huellas
el
camino, y nada más;
caminante,
no hay camino,
se
hace camino al andar.
Al
andar se hace camino,
y
al volver la vista atrás
se
ve la senda que nunca
se
ha de volver a pisar.
Caminante,
no hay camino,
sino
estelas en la mar.
“Mira
dos veces para ver lo justo. No mires más que una vez para ver lo bello” nos
recordaba el filósofo y escritor suizo Henri-Frédéric Amiel. Aprender a ver no
es nada fácil, por ello tal vez muchos miran, pero pocos ven. El literato
francés Jules Gouncourt consideraba que “El más largo aprendizaje de todas las
artes es aprender a ver”. Bien lo expresaba la escritora y novelista franco-estadounidense
Anaïs Nin, al decir "No vemos jamás las cosas tal cual son, las vemos tal
cual somos", porque además nuestra percepción las altera y distorsiona.
Es
importante ver hacia adelante, para no perder el camino al cual nos dirigimos,
pero también es importante no dejar de ver por donde transitamos. En muchas
oportunidades disfrutaremos o aprenderemos más del camino que en el lugar donde
llegaremos. El famoso autor del libro El Principito, el francés Antoine de Saint-Exupery, planteaba que cuando
un viajero se abre camino a través de una montaña en la dirección de una
estrella, sí el viajero se deja absorber demasiado por los problemas del camino,
se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía.
Muchas
veces iniciamos un camino con una idea en mente, con un sueño u objetivo, pero si
no tomamos el tiempo necesario para revisar –de vez en cuando – la ruta, y
hacer los necesarios ajustes, podremos terminar en cualquier lugar, menos donde
pretendimos llegar.
Debemos
ser en extremo cuidadosos con el tipo de individuo en que nos convertimos
mientras logramos alcanzar lo que deseamos,
porque sin darnos cuenta vamos cambiando y transformándonos, para bien o
para mal, en un ser diferente a quien éramos.
El
autor y orador motivacional estadounidense Jim Rohn, nos decía que “La pregunta
más importante en las diferentes etapas de nuestra vida, no es ¿Qué estoy
consiguiendo?, sino ¿En qué me estoy convirtiendo?”. Debemos esforzarnos por
convertirnos en alguien que nos gustaría llegar a ser y que la gente buena quisiera
imitar. Como refirió el autor estadounidense H. Jackson Brown: “Vive de tal
manera que, cuando tus hijos piensen en justicia, cariño e integridad, piensen
en ti”.
En
nuestro transitar por la vida, valdría la pena tener en cuenta la palabras del
humorista y caricaturista estadounidense James Thurber, quien sugirió “No
miréis hacia atrás con ira, ni hacia adelante con miedo, sino alrededor con
atención”. El mismo filósofo y escritor suizo Henri-Frédéric Amiel, mencionado
líneas atrás, preguntaba ¿Qué es un espíritu cultivado?, para responderse el
mismo es “aquel que puede mirar las cosas desde muchos puntos de vista”.
Observemos
por donde caminamos, aprendamos del camino, cuidemos que el camino no nos transforme
en alguien desconocido para nosotros mismos, ayudemos a otros y no olvidemos nunca
a nuestros compañeros de trayecto.
Miguel
A. Terán
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Nota:
imagen extraída de la web
Referencias:
Tomadas de Wikipedia.
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“Sueña,
vive, reflexiona, aprende, ayuda y ora”.
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