"No todas las verdades son para todos los
oídos".
Umberto Eco (n. 1932). Filósofo y escritor italiano.
REFLEXIÓN: Muchas verdades o posibles verdades, exigen a
nuestro pensamiento la necesaria amplitud para escuchar y entender diferentes
perspectivas y puntos de vista, incluyendo aquellos que nos afectan o
–simplemente – nos desagradan. No obstante, en oportunidades, lo que
ocurre es que oímos lo que queremos escuchar y observamos lo que queremos ver,
desechando todo lo demás.
Las experiencias propias y referidas, creencias, valores,
expectativas, intereses y suposiciones, representan filtros perceptivos que
limitan o restringen el paso de lo que no está acorde con los paradigmas del
individuo, los cuales son resultado de todo ese bagaje personal, que puede
impulsarlo o limitarlo.
La escritora estadounidense Anaïs Nin expresaba que “No
vemos jamás las cosas tal cual son, las vemos tal cual somos”. He aquí la
diferencia entre realidad e interpretación. En innumerables oportunidades las
percepciones son distorsionadas por nuestras creencias y paradigmas. En parte
de esas ocasiones, queremos hacer realidad nuestros sueños, a toda costa,
aunque sea disfrazándolos. Podemos pasar años ocultando nuestra realidad,
convencidos de que es la verdad. El escritor y novelista estadounidense Philip K. Dick reconocía que “La Realidad
es aquello que, incluso aunque dejes de creer en ello, sigue existiendo y no
desaparece”.
Es común reconocer que el último que se entera es la
víctima. Cuando todo el vecindario conoce de infidelidades, de problemas con
los hijos, etcétera, los únicos que se niegan a aceptarlos son los afectados,
en esos particulares casos, la pareja y los progenitores. La conclusión es, que no pocas veces,
nuestra realidad la conocen todos, menos nosotros mismos, que la hemos negado y
continuamos haciéndolo.
En algún momento podemos llegar a percibir, apreciar y
comprender el problema, pero al sentirnos incapaces de encontrar la solución,
comenzamos a negarlo, y esos filtros, mencionados párrafos atrás, se encargarán
de distorsionar la realidad. Aunque “La única verdad es la realidad”, nos decía
el filósofo griego Aristóteles.
La tarea de ocultar, consciente o inconscientemente, es
agotadora porque cada vez que tiene oportunidad, la verdad sale a flote. Se
dice que la peor de todas las mentiras es cuando nos mentimos a nosotros
mismos. Nos negamos a enfrentar inquietudes y pequeños malestares, pero
tendremos que enfrentarnos con ellos cuando aparezcan convertidos en verdaderos
problemas.
El escritor francés Marcel Proust afirmaba que “El único
verdadero viaje de descubrimiento consiste no en buscar nuevos paisajes, sino
en mirar con nuevos ojos”. Si continuamos mirando de la misma manera seguiremos
viendo lo mismo. Veamos entonces con nuevos ojos y escuchemos con nuevos
oídos, para buscar la realidad que representa el mejor camino para la paz y felicidad
duradera.
Miguel A. Terán
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
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