“Todo ser
humano que encuentro es superior a mí en alguna cosa. Por eso aprendo siempre
algo de él”.
Ralph Waldo
Emerson (1803 - 1882). Filósofo y escritor estadounidense.
REFLEXIÓN:
Aunque esta cita de Emerson hace referencia a los seres humanos, comencemos por
afirmar que es mucho lo que podemos aprender de los seres vivos en particular y
de la naturaleza en general. Alguien refirió que un hoja, llegado el otoño o
vencido su lapso de vida, no se complica escogiendo, discutiendo o amargándose
por el lugar del suelo donde quiere caer, esa simplemente será su próxima
etapa, y el viento y otras condiciones naturales harán su trabajo.
La conciencia
debe permitirnos reconocer que los seres humanos no necesariamente somos
iguales, sino somos únicos, cada cual tiene sus circunstancias, historia
y su valor. Podemos encontrar a alguien a quien no le otorgamos ese justo
valor, porque no encaja en nuestros paradigmas de éxito, riquezas, poder,
fama, etcétera, pero no sabemos cuan fuerte y firme ha sido para lograr
sobrevivir a las vicisitudes de su particular condición y experiencia vida.
El famoso
escritor del libro El Principito, el francés Antoine De Saint Exupery,
planteaba que es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás.
Al juzgar a los demás perdemos la oportunidad de aprender de ellos, porque
menospreciamos su valor.
Grandes
pensadores y muchos individuos de éxito económico, a lo largo de la historia y
luego de transitar por el fracaso, reconocen que el fracaso fue su gran
escuela. Simplemente, ocurre que los “éxitos” del hoy logran que muchos olviden
sus raíces, sin reconocer que esas raíces y esas vivencias de todo tipo han
construido ese “éxito” de hoy. Para algunos, el “éxito” llega a ser un
verdadero éxito, sin comillas, porque logran – el auténtico éxito -
armonizando, equilibrando y tomando conciencia sobre los diferentes
aspectos de su vida.
Los conceptos
de superioridad e inferioridad representan paradigmas, no realidades.
Para muchos individuos su superioridad en algún aspecto representa su debilidad
e inferioridad en otras, y viceversa.
Sin lugar a
duda, un paradigma de importancia a la estatura física, que los habría limitado
al no ser esta su más atractiva característica, tal vez no hubieran tenido
oportunidades de cambiar la historia o dejar un legado, Simón Bolívar, Napoleón
Bonaparte, Benito Juárez y muchos más. El emperador Napoleón Bonaparte,
consciente de ello, decía “No se debe juzgar a los hombres por su
fisonomía, sobre todo, sin ponerlos a prueba”.
Uno de los más
conocidos novelistas de la literatura universal, Charles Dickens, reconocía
que: “Hay grandes hombres que hacen a todos los demás sentirse pequeños. Pero
la verdadera grandeza consiste en hacer que todos se sientan grandes”. Tengamos
presente las palabras de quien fue la Primera Dama Estadounidense Eleanor
Roosevelt, cuando ratificaba: "Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu
consentimiento”.
De todo y de
todos debemos aprender hasta el último día de nuestra vida. Pero, tengamos
presente, las palabras del novelista francés Jules Gouncourt, quien reconocía
que “El más largo aprendizaje de todas las artes es aprender a ver”, porque
parece que miramos pero no siempre vemos. Por su parte, la escritora
Anaïs Nin afirmaba que “Jamás vemos las cosas tal cual son, porque las
vemos tal cual somos”. Y debemos reconocer, con humildad, nuestras debilidades
y aceptar, sin envidias, las fortalezas de otros.
Miguel A.
Terán
Twitter:
@MiguelATeranO
Nota:
imagen extraída de la web
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