jueves, 13 de noviembre de 2014

PENSAMIENTO Y REFLEXIÓN DEL DÍA Viernes 14 de Noviembre de 2014

“Los muertos reciben más flores que los vivos, porque el remordimiento es mayor que la gratitud”.
Ana Frank (1929 -1945). Escritora del famoso Diario de Ana Frank.

REFLEXIÓN: El diccionario define la palabra remordimiento como esa inquietud o pesar que resulta y queda después de ejecutada una mala acción. Mientras que la gratitud, es definida, como ese sentimiento que nos lleva a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o querido hacer.

Aquel quien fallece ya no brinda la opción de arrepentirnos, directamente. Solo nos queda ese remordimiento aceptado, que es el arrepentimiento, tal cual decía Lucio Séneca, el filósofo, político, orador y escritor romano. La gratitud y las muestras de gratitud deben darse en vida; por ello, esas flores, esa postal, esa nota, esa invitación o visita, esa llamada o ese e-mail debe llegar a alguien que aún vive,  en demostración o señal de gratitud, aprecio o amistad.

El remordimiento puede ayudarnos a cambiar, pero algunas veces solo se transforma en culpa, dejándonos dedicados a enjuiciar nuestro pasado,  sin tomar conciencia de nuestras acciones; otras veces, solo sirve para buscar excusas.  El dramaturgo austriaco Franz Grillparzer, planteaba una solución muy efectiva, cuando dijo: “Hay un remedio para las culpas, reconocerlas”.

El Dr. Martin Seligman, el Padre de la Psicología Positiva, nos invita a tomar consciencia  de todo lo bueno que nos sucede y nunca darlo por hecho, además de siempre estar dispuestos y decididos a tener tiempo para agradecer. Se reconoce que parte de la infelicidad está relacionada con la falta de agradecimiento, porque estamos más ocupados rumiando lo que nos falta que agradeciendo todo lo que tenemos.

El escritor y filósofo suizo Jean-Jacques Rousseau, planteaba que “Los remordimientos se adormecen en la prosperidad y se agudizan en los malos tiempos”.

Debemos aprender a perdonar y, primeramente, a perdonarnos a nosotros mismos. Entendiendo que para algunos actos de arrepentimiento, ya el tiempo pasó, y la solución es perdonarnos, para no arrastrar esa pesada carga de culpa que nos hace daño, sin ofrecernos solución alguna, pero es indispensable tomar conciencia de lo ocurrido, para enmendar,  evitando cometer similares error en el futuro.

Alguien acertadamente afirmó, que no basta con arrepentirse del mal que se ha causado, sino del bien que se ha dejado de hacer. En innumerables oportunidades, podemos ser y hacer la diferencia para bien, pero simplemente no hacemos nada al respecto.  

La gratitud tiene otro enemigo, el tiempo, por ello Mario Puzo, el famoso escritor de la novela El Padrino, afirmaba que “El tiempo hace estragos en la gratitud, aún más que en la belleza”. Se nos olvida agradecer, y el tiempo pasa, hasta que se nos olvida porqué razón debemos agradecer.

Aprendamos a agradecer y a demostrar nuestro agradecimiento, para evitar perder nuestra paz interna y cargar con el sentimiento de culpa, cuando ocurran eventos imprevistos y en nuestra consciencia quede el sinsabor de no haber cumplido, haber fallado o no haber agradecido, porque esas pueden ser razones o motivos, para la presencia de flores, cuando ya no hay disculpa ni agradecimiento posible.

Tengamos presente el refrán que nos recuerda: “De bien nacidos es ser agradecidos”.

Miguel A. Terán
Twitter: @MiguelATeranO

 Nota: imagen extraída de la web

 Si te ha gustado, COMPARTE

No hay comentarios:

Publicar un comentario