jueves, 27 de noviembre de 2014

NO CAMBIEMOS EL SENTIDO A LA CELEBRACION DE THANKSGIVING DAY (DIA DE ACCION DE GRACIAS)


Thanksgiving Day o Black Friday 
Por aproximadamente cuatro siglos Thanksgiving Day ha sido considerado un día de tradicional celebración en Estados Unidos y Canadá, aunque en ambos países se realizan en fechas diferentes. Su origen fue religioso y asociado al agradecimiento por las cosechas. Se refiere el origen de esta linda celebración en algún momento entre los años 1565 y 1621.

Muchas familias en los Estados Unidos celebran esta fiesta con reuniones en sus hogares donde preparan un banquete que comparten familiares y amigos. Es común ofrecer una oración de gracias. El plato principal tradicional para la cena es pavo asado u horneado.

Pero desgraciadamente la celebración del Día de Acción de Gracias ha venido desvirtuándose, atrapada por las garras del exagerado consumismo de nuestra sociedad. Hace aproximadamente 40 años apareció este complemento de la festividad de Acción de Gracias, denominado Black Friday (Viernes de Descuentos). Tristemente, cada año, Thanksgiving Day se convierte más en un Black Friday Eve (o la víspera del Viernes de Descuentos), pasando a un segundo plano de importancia la celebración y compartir en familia, para estrechar lazos de agradecimiento, amor y amistad.

Este día de Thanksgiving que fue un espacio y momento para compartir con familia y amigos cercanos, para agradecer por todo lo que tenemos, se ha convertido en la víspera de lo que deseamos tener; y las tiendas, cada vez abren más temprano sus puertas en espera de “enloquecidos compradores”. Casi sin darnos cuenta, hemos venido deteriorando el sentido de la tradición  y causando un profundo daño a la familia y la amistad, que recogeremos, tal cual cosecha en los años venideros.  

Muchas personas ante la necesidad de producir algo más de dinero, lo que unido a la falta de conciencia y la ignorancia resultante, logran quitar el valor y la importancia a la real necesidad de tomar un día al año para agradecer unidos en familia, por todo lo que tenemos y lo que somos.

La presión de las tiendas, la publicidad y la presión social ha hecho de este día uno de los más rentables del año para los negocios, los cuales con grandes inversiones en publicidad pero mucha inconsciencia del daño que ello ocasiona a la sociedad, exigen o motivan a sus trabajadores para que asistan a trabajar ante la necesidad de abrir negocios en centros comerciales - ahora ya - desde la misma noche de Thanksgiving, hasta el día siguiente, produciendo daños irreparables a la familia, un pilar fundamental para que una sociedad pueda crecer sana.

En un artículo del diario El Nuevo Herald de Miami, del día de hoy, denominado “Las tiendas no quieren perder el tiempo con sus ofertas en el Día de Acción de Gracias”,  expresa que este día la celebración se ha convertido en “una comida que sirve de preludio a la cacería de ofertas”. Ese cambio –y las horas de compras cada vez más tempranas que lo han causado– ha originado una reacción en muchas personas quienes se quejan del materialismo y la distracción de un momento que debe ser dedicado a la familia. Algunas de estas personas manifiestan preocupación por la forma como  han venido perdiéndose los valores y la humanidad.

Ya en algunos países las empresas y negocios han tomado la idea del Black Friday, como una oportunidad de negocios, pero parece que no tienen nada que agradecer, ya que no hay interés en la celebración de un día de Acción de Gracias.

Aunque para muchos este día de compras significará endeudarse más, de ninguna manera se está criticando que las personas deseen y puedan comprar, simplemente, la crítica va dirigida  a la manera como hemos venido desvirtuando la esencia de un día que debe tener otro sentido, el sentido original con el que fue creado: Un día dedicado a agradecer y compartir con la familia y amigos, para consolidar los principios y valores que requieren y requerirán las generaciones actuales y venideras. Recordemos que “Hay momentos para todo y todo tiene su momento”.

La realidad parece ser que cuando no aprendemos a agradecer estamos perdiendo la oportunidad de reconocer, disfrutar y valorar todo lo que recibimos y tenemos, convirtiéndonos en individuos insatisfechos e infelices, porque siempre sentiremos alguna carencia de algo para estar completos y felices.

Estas líneas con todo respeto, a diferentes opiniones, puntos de vista e intereses, son solo una simple invitación a reflexionar.

Miguel A. Terán

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