Por aproximadamente cuatro siglos Thanksgiving Day ha sido considerado un
día de tradicional celebración en Estados Unidos y Canadá, aunque en ambos
países se realizan en fechas diferentes. Su origen fue religioso y asociado al
agradecimiento por las cosechas. Se refiere el origen de esta linda celebración
en algún momento entre los años 1565 y 1621.
Muchas familias en los Estados Unidos celebran esta fiesta con reuniones en
sus hogares donde preparan un banquete que comparten familiares y amigos. Es
común ofrecer una oración de gracias. El plato principal tradicional para la
cena es pavo asado u horneado.
Pero desgraciadamente la celebración del Día de Acción de Gracias ha venido
desvirtuándose, atrapada por las garras del exagerado consumismo de nuestra
sociedad. Hace aproximadamente 40 años apareció este complemento de la
festividad de Acción de Gracias, denominado Black Friday (Viernes de
Descuentos). Tristemente, cada año, Thanksgiving Day se convierte más en un
Black Friday Eve (o la víspera del Viernes de Descuentos), pasando a un segundo
plano de importancia la celebración y compartir en familia, para estrechar
lazos de agradecimiento, amor y amistad.
Este día de Thanksgiving que fue un espacio y momento para compartir con
familia y amigos cercanos, para agradecer por todo lo que tenemos, se ha
convertido en la víspera de lo que deseamos tener; y las tiendas, cada vez
abren más temprano sus puertas en espera de “enloquecidos compradores”. Casi
sin darnos cuenta, hemos venido deteriorando el sentido de la tradición y
causando un profundo daño a la familia y la amistad, que recogeremos, tal cual
cosecha en los años venideros.
Muchas personas ante la necesidad de producir algo más de dinero, lo que
unido a la falta de conciencia y la ignorancia resultante, logran quitar el
valor y la importancia a la real necesidad de tomar un día al año para
agradecer unidos en familia, por todo lo que tenemos y lo que somos.
La presión de las tiendas, la publicidad y la presión social ha hecho de
este día uno de los más rentables del año para los negocios, los cuales con
grandes inversiones en publicidad pero mucha inconsciencia del daño que ello
ocasiona a la sociedad, exigen o motivan a sus trabajadores para que asistan a
trabajar ante la necesidad de abrir negocios en centros comerciales - ahora ya
- desde la misma noche de Thanksgiving, hasta el día siguiente, produciendo
daños irreparables a la familia, un pilar fundamental para que una sociedad
pueda crecer sana.
En un artículo del diario El Nuevo Herald de Miami, del día de hoy,
denominado “Las tiendas no quieren perder el tiempo con sus ofertas en el Día
de Acción de Gracias”, expresa que este día la celebración se ha
convertido en “una comida que sirve de preludio a la cacería de ofertas”. Ese cambio
–y las horas de compras cada vez más tempranas que lo han causado– ha originado
una reacción en muchas personas quienes se quejan del materialismo y la
distracción de un momento que debe ser dedicado a la familia. Algunas de estas
personas manifiestan preocupación por la forma como han venido
perdiéndose los valores y la humanidad.
Ya en algunos países las empresas y negocios han tomado la idea del Black
Friday, como una oportunidad de negocios, pero parece que no tienen nada que
agradecer, ya que no hay interés en la celebración de un día de Acción de
Gracias.
Aunque para muchos este día de compras significará endeudarse más, de
ninguna manera se está criticando que las personas deseen y puedan comprar,
simplemente, la crítica va dirigida a la manera como hemos venido
desvirtuando la esencia de un día que debe tener otro sentido, el sentido
original con el que fue creado: Un día dedicado a agradecer y compartir con la
familia y amigos, para consolidar los principios y valores que requieren y
requerirán las generaciones actuales y venideras. Recordemos que “Hay momentos
para todo y todo tiene su momento”.
La realidad parece ser que cuando no aprendemos a agradecer estamos
perdiendo la oportunidad de reconocer, disfrutar y valorar todo lo que
recibimos y tenemos, convirtiéndonos en individuos insatisfechos e infelices,
porque siempre sentiremos alguna carencia de algo para estar completos y
felices.
Estas líneas con todo respeto, a diferentes opiniones, puntos de vista e
intereses, son solo una simple invitación a reflexionar.
Miguel A. Terán
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