“Las
«Supermamás» y los «Superpapás» no comprenden que una cosa es hacerse cargo de
los hijos de manera responsable y eficiente y otra es obsesionarse con ellos”.
Walter Riso
(n. 1951). Psicólogo, terapeuta, especialista en terapia cognitiva, profesor e
investigador universitario y escritor.
REFLEXIÓN: En
términos genéticos, dos super-progenitores deberían tener
“superhijos(as)”, a menos que algún gen recesivo pendiente de otra
generación aparezca por allí y haga efecto. Pero la realidad es que, como
progenitores, no somos del planeta Kripton (de donde era Superman) y –entonces -
debemos aceptar que tenemos o tendremos simplemente hijos(as), con virtudes y
defectos que los hacen seres humanos.
En algún
momento, desde hace apenas unos pocos años para acá, la crianza de los hijos
dio un vuelco. A partir de ese momento, los padres comenzaron a asumir muchas
actividades y tareas que les pertenece o son responsabilidad de sus hijos;
inclusive el amor y la lógica con la cual se criaban las generaciones
anteriores, fueron sustituidos por excesos de libertad y límites, exceso de
amor y escasa lógica, que ha llegado al extremo de evitar que a éstos les
afecte las consecuencias de sus propias decisiones y acciones. Por el
contrario, el filósofo chino Confucio recomendaba la necesidad de “Educar a
nuestros hijos con un poco de hambre y un poco de frío”, para que no sientan
que se lo merecen todo y no lleguen a valorar nada.
El reto es
criar niños autónomos, responsables y felices, porque es importante tener
presente que no solo estamos criando niños, sino creando a los adultos del
mañana. Decía
el filósofo y matemático griego Pitágoras de Samos que “Educar no es dar una carrera para vivir, sino
templar el alma para las dificultades de la vida”.
Es preocupante
la poca capacidad de frustración de los niños de hoy, pero la respuesta parece
sencilla lo han tenido todo, rápido y bastante fácil. La continua
insatisfacción es casi una enfermedad de nuestro tiempo.
Esa crianza
ligera, poco armónica y sin equilibrio, característica de estos tiempos,
entre lo material, psicológico, humano, emocional, social y espiritual,
además de la influencia genética, concluye construyendo niños inseguros, con
poca o escasa capacidad de frustración, incapaces de tomar decisiones y que –
en todo caso - no asumen las consecuencias de sus actos; y parecería
contradictorio, porque con todo ese trato de reyes que reciben, su autoestima
es muy baja.
Debemos
entender que las vidas de nuestros hijos no son la repetición de las nuestras,
que ellos deben vivir las suyas propias y, como bien expresó un autor anónimo,
“Sí quiere un campeón en la familia: ¡Entrénese Usted!... y mientras
tanto deje que sus hijos jueguen felices”. Muchos padres se obsesionan con la
idea de que sus hijos lleguen a ser lo que ellos no quisieron o no pudieron, el
mejor deportista, el mejor estudiante, el mejor profesional, etcétera,
perdiendo los límites y convirtiendo a sus hijos en objetivos de sus propios
fines.
Sin embargo,
en lo esencial de su crianza, descuidamos muchos aspectos básicos. Alguien
preguntó: ¿De qué sirve brindar a los hijos todos los caprichos, si no les
brindamos una verdadera familia? El escritor argentino Vicente Battista afirma que "El mejor legado de un padre a sus
hijos es un poco de su tiempo cada día”. Por el contrario, nos enfocamos en
dejarles cosas, sin la enseñanza de adecuados principios y valores para
cuidarlas y otorgarles adecuado uso.
Necesitamos
criar niños y adolescentes, sanos y equilibrados, para que ellos sean adultos
sanos y equilibrados, porque esa será nuestra mejor herencia como padres y como
miembros de la sociedad.
Parece válido
tener siempre presente la frase de Karl Kraus, el famoso escritor y periodista
austriaco, quien dijo. “Cuando los padres han construido todo, a los hijos solo
les queda derrumbarlo”. En
estos competitivos y enloquecedores tiempos, nuestro reto como padres es
encontrar puntos de armonía, equilibrio y moderación, para hacer de nuestros
hijos los hombres y mujeres sanos y felices que requerirá la sociedad del
mañana.
Miguel A.
Terán
Twitter:
@MiguelATeranO
Nota: imagen
extraída de la web
Nota del autor
del Blog: Invito a todos mis amigos, seguidores y apreciados lectores a
compartir, con familiares, relacionados y contactos, esta reflexión y los demás
artículos publicados en este blog: http://miguelterancoach.blogspot.com. Tengamos presente que, en oportunidades,
unas sencillas palabras pueden hacer y ser la diferencia en nuestra vida o en
la vida de los demás.
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