jueves, 30 de octubre de 2014

PENSAMIENTO Y REFLEXIÓN DEL DÍA Viernes 31 de Octubre de 2014

“Las «Supermamás» y los «Superpapás» no comprenden que una cosa es hacerse cargo de los hijos de manera responsable y eficiente y otra es obsesionarse con ellos”.
Walter Riso (n. 1951). Psicólogo, terapeuta, especialista en terapia cognitiva, profesor e investigador universitario y escritor.

REFLEXIÓN: En términos genéticos, dos super-progenitores deberían tener  “superhijos(as)”, a menos que algún gen recesivo pendiente de otra generación aparezca por allí y haga efecto. Pero la realidad es que, como progenitores, no somos del planeta Kripton (de donde era Superman) y –entonces - debemos aceptar que tenemos o tendremos simplemente hijos(as), con virtudes y defectos que los hacen seres humanos.

En algún momento, desde hace apenas unos pocos años para acá, la crianza de los hijos dio un vuelco. A partir de ese momento, los padres comenzaron a asumir muchas actividades y tareas que les pertenece o son responsabilidad de sus hijos; inclusive el amor y la lógica con la cual se criaban las generaciones anteriores, fueron sustituidos por excesos de libertad y límites, exceso de amor y escasa lógica, que ha llegado al extremo de evitar que a éstos les afecte las consecuencias de sus propias decisiones y acciones. Por el contrario, el filósofo chino Confucio recomendaba la necesidad de “Educar a nuestros hijos con un poco de hambre y un poco de frío”, para que no sientan que se lo merecen todo y no lleguen a valorar nada.  

El reto es  criar niños autónomos, responsables y felices, porque es importante tener presente que no solo estamos criando niños, sino creando a los adultos del mañana. Decía el filósofo y matemático griego Pitágoras de Samos que “Educar no es dar una carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida”.

Es preocupante la poca capacidad de frustración de los niños de hoy, pero la respuesta parece sencilla lo han tenido todo, rápido y bastante fácil. La continua insatisfacción es casi una enfermedad de nuestro tiempo.

Esa crianza ligera, poco armónica y sin equilibrio, característica de estos tiempos,  entre lo material, psicológico, humano, emocional, social y espiritual, además de la influencia genética, concluye construyendo niños inseguros, con poca o escasa capacidad de frustración, incapaces de tomar decisiones y que – en todo caso - no asumen las consecuencias de sus actos; y parecería contradictorio, porque con todo ese trato de reyes que reciben, su autoestima es muy baja.

Debemos entender que las vidas de nuestros hijos no son la repetición de las nuestras, que ellos deben vivir las suyas propias y, como bien expresó un autor anónimo,  “Sí quiere un campeón en la familia: ¡Entrénese Usted!... y mientras tanto deje que sus hijos jueguen felices”. Muchos padres se obsesionan con la idea de que sus hijos lleguen a ser lo que ellos no quisieron o no pudieron, el mejor deportista, el mejor estudiante, el mejor profesional, etcétera, perdiendo los límites y convirtiendo a sus hijos en objetivos de sus propios fines.

Sin embargo, en lo esencial de su crianza, descuidamos muchos aspectos básicos. Alguien preguntó: ¿De qué sirve brindar a los hijos todos los caprichos, si no les brindamos una verdadera familia? El escritor argentino Vicente Battista afirma que "El mejor legado de un padre a sus hijos es un poco de su tiempo cada día”. Por el contrario, nos enfocamos en dejarles cosas, sin la enseñanza de adecuados principios y valores para cuidarlas y otorgarles adecuado uso.

Necesitamos criar niños y adolescentes, sanos y equilibrados, para que ellos sean adultos sanos y equilibrados, porque esa será nuestra mejor herencia como padres y como miembros de la sociedad.  

Parece válido tener siempre presente la frase de Karl Kraus, el famoso escritor y periodista austriaco, quien dijo. “Cuando los padres han construido todo, a los hijos solo les queda  derrumbarlo”. En estos competitivos y enloquecedores tiempos, nuestro reto como padres es encontrar puntos de armonía, equilibrio y moderación, para hacer de nuestros hijos los hombres y mujeres sanos y felices que requerirá la sociedad del mañana.

Miguel A. Terán

Twitter: @MiguelATeranO

Nota: imagen extraída de la web


Nota del autor del Blog: Invito a todos mis amigos, seguidores y apreciados lectores a compartir, con familiares, relacionados y contactos, esta reflexión y los demás artículos publicados en este blog: http://miguelterancoach.blogspot.com. Tengamos presente que, en oportunidades, unas sencillas palabras pueden hacer y ser la diferencia en nuestra vida o en la vida de los demás.

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