“Al ir
envejeciendo descubrirás que tienes dos manos, una para salir adelante y la
otra para ayudar a los demás”.
Audrey Hepburn
(1929- 1993). Actriz y humanitaria belga-británica.
REFLEXIÓN: En
algún momento leí o escuche que en la medida que transitamos por la vida
debemos verla más en línea recta, porque toda la sinuosidad, curvas y ángulos
que le percibimos en la juventud y en la adultez, van desapareciendo
con nuestra madurez y posterior vejez.
Es necesario
comprender que la vida tiene sentido y contenido más allá de lo físico, del
hacer y tener, porque el objetivo es llegar a ser. Recordemos las palabras del
filósofo y matemático griego Pitágoras de Samos: “Una bella ancianidad es,
ordinariamente, la recompensa de una bella vida”. El principal autor de la
Declaración de Independencia y Tercer Presidente estadounidense Thomas
Jefferson, nos advertía que indudablemente nadie se ocupa de quien no se ocupa
de nadie.
Esa madurez,
sentido y contenido de vida debe llevarnos a reconocer, en algún momento de
nuestra existencia, que somos parte de una sociedad y que el compromiso no es
solo con nosotros o con los de nuestro cercano entorno, sino en general con
todos nuestros congéneres. El cantautor, poeta, escritor y filósofo argentino,
Facundo Cabral, expresaba: “Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio
de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas.
Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y
cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas”.
El filósofo
estadounidense Ralph Waldo Emerson decía
que “Cuando envejecemos, la belleza se convierte en cualidad interior”. Aunque
desgraciadamente no todo quien envejece crece internamente, no es algo
garantizado en la vejez. Esas cualidades de nuestro interior se hacen realidad
o se reflejan en nuestra ayuda y solidaridad hacia otras personas y causas, que
quizá en el pasado – en épocas de juventud - no le dimos la debida importancia.
El prócer
cubano José Martí consideraba que ayudar al que lo necesita no solo es parte
del deber, sino de la felicidad. Ayudar a otros es vital para poder vivir y ser
parte de una sociedad; consciente de ello, San Agustín decía “Si precisas una
mano, recuerda que yo tengo dos”.
Miguel A.
Terán
Twitter:
@MiguelATeranO
Nota: imagen
extraída de la web
Nota del autor
del Blog: Invito a todos mis amigos, seguidores y apreciados lectores a
compartir, con familiares, relacionados y contactos, esta reflexión y los demás
artículos publicados en este blog: miguelterancoach.blogspot.com. Tengamos presente que, en oportunidades,
unas sencillas palabras pueden hacer y ser la diferencia en nuestra vida o en
la vida de los demás.
Fe de
errata: el pensamiento
del día de ayer (20 de Octubre) es original de Michael Levine (n. 1954).
Publicista estadounidense, escritor y conferencista estadounidense. Por error
indicamos que Michael Levine era una escritora francesa.
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