“Cuando
hablamos por cuenta propia somos
menos sinceros; entonces, si damos a alguien una máscara nos dirá la verdad”.
Oscar Wilde
(1854-1900). Escritor, poeta y dramaturgo irlandés.
REFLEXIÓN:
Esta frase refleja el particular estilo y personalidad de Oscar Wilde, quien
era un individuo mentalmente muy ágil, de conversación brillante e ingeniosa,
verbo agresivo y frases sorprendentes, con las cuales podía ridiculizar a otros
y definitivamente, llamar la atención de todos. El mismo Wilde complementaba
esta frase con otra “Una máscara nos dice más que una cara”.
Una popular
expresión nos recuerda que “Caras vemos corazones no sabemos”. En innumerables
oportunidades personas, cosas o eventos parecen algo, pero no siempre son lo
que parecen, simplemente son algo distinto, para bien o para mal. Esa es la
razón por la cual debemos ser más analíticos y perceptivos, tomando el tiempo
requerido para entender y comprender, evitando llenarnos de expectativas, que
se conviertan más adelante en decepciones y frustraciones. En realidad,
“No todo lo que brilla es oro”.
Vale la pena
reafirmar que no debemos ser superficiales en análisis y evaluaciones para no
correr el riesgo de ser engañados por la apariencia de la verdad, como nos
advertía –hace más de dos milenios- el poeta romano Horacio.
El poeta,
dramaturgo y filósofo rumano Lucian Blaga consideraba que la máscara que usan
determinados individuos puede estar más cerca de la esencia de ese individuo;
por tanto, más adecuada para su ser que la cara que realmente tiene. Sin
embargo, cuando pretendemos sostener una máscara ocultando nuestra verdad, tal
vez nos cansemos de hacerlo, porque bien dijo el filósofo y político romano
Séneca: "El tiempo descubre la verdad". En similar orden de ideas el
arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright afirmaba que “La verdad puede
ocultarse, pero no extinguirse”.
Las máscaras
ocultan mentiras, inseguridades, temores, propósitos, entre otros. Al respecto
refería el poeta romano Marco Anneo Lucano “Bajo la máscara de la temeridad se
ocultan grandes temores”. Una mentira no tendría sentido si la verdad no fuera
percibida como peligrosa, expresaba el famoso psicólogo y psiquiatra austriaco
Alfred Adler.
La escritora
suiza Madame De Staël consideraba que “Los individuos no cambian, se
desenmascaran”. Es común, creo que todos lo hemos experimentado, en lo propio y
ajeno, al recibir poder, dinero, status, etcétera, aparece un individuo
desconocido para todos, inclusive para el mismo individuo. Ese individuo a
quien todas esas tentaciones lo dejaron al descubierto, pero la verdad era que
ya era eso. Santa Teresa de Jesús afirmaba que “La verdad padece, pero no
perece”, más temprano que tarde sale.
Muchos son
cómplices, beneficiarios y hasta testaferros, de quien lleva la máscara.
Por ello, decía el escritor, orador y político romano Cicerón, que “La verdad
se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”. Debemos tener cuidado
para no convertirnos en sostenedores de máscaras para otros individuos, pero
sobre todo evitemos llevar una máscara durante tanto tiempo, que finalmente nos
hayamos olvidado de quienes en realidad éramos.
Miguel A.
Terán
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: Foto
ilustrativa extraída de la Web.
Nota del autor
del Blog: Vivir en un mundo mejor solo podemos lograrlo compartiendo –con los
demás- nuestra riqueza, sea esta material, cultural o espiritual. En el caso de
compartir lecturas, nunca sabemos cuándo unas sencillas palabras pueden
hacer y ser la diferencia en la vida de alguien, al motivar cambios que le
lleven a un nuevo destino. Por ello, la invitación es a compartir esta
reflexión en: www.miguelterancoach.blogspot.com. Recordemos la frase de Isaac Bashevis
Singer, Premio Nobel de Literatura (1978): “El conocimiento nos hace
responsables”
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