martes, 26 de agosto de 2014

Pensamiento y Reflexión del Día Miércoles 27 de Agosto de 2014

“La diferencia entre GUSTAR, QUERER y AMAR es la misma diferencia entre POR AHORA, POR UN TIEMPO y POR SIEMPRE”.
Autor Anónimo

REFLEXIÓN. Es absolutamente cierto, que cuando amas a alguien, todos los días encuentras un motivo para volver a enamorarte de esa persona, tal cual lo expresó otro autor anónimo. El tiempo no es una medida del amor; por ello, tal vez nos recordaba el místico y maestro espiritual Osho que “El amor no es una transacción de negocios, así que no hay preocupaciones de pérdidas o ganancias. El amor disfruta de dar, de la misma forma que las flores disfrutan de ofrecer su fragancia”.

En estos tiempos de urgencias, apuros y pragmatismo, hasta para el amor, confundimos fácilmente las palabras gustar, querer y amar, dándoles similar o parecido significado, haciendo del amor una simple unidad de intercambio en busca de satisfacer deseos u obtener resultados inmediatos.

La palabra gustar, hace referencia a agradar, resultar atractivo, desear en busca de complacerse. Por su parte, la palabra querer es una forma menos profunda de amar, acercándose más a cariño, afecto y amistad; mientras que amar, involucra sentimientos más profundos y firmes compromisos. La famosa canción del compositor español Manuel Alejando Álvarez, “El Amar y El Querer” refiere que “Casi todos sabemos querer pero pocos sabemos amar. Y es que amar y querer no es igual…”.

En el gustar y, algunas veces, hasta en el querer podemos convertir al otro en un medio, para lograr algo, por ejemplo, disfrute o placer. En algunas ocasiones, puede surgir una relación utilitarista o de interés. En el amor,  por el contrario el otro siempre será un fin, el logro de un sueño. Para el amor, siempre seremos una persona, un ser, nunca una cosa ni un objeto.

La diferente longitud en el tiempo de estas tres palabras, es una realidad; la palabra gustar,  si no evoluciona hacia querer o amar,  estará enfocada en el corto plazo o por ahora, y no sobrevivirá más allá de lo inmediato. La palabra querer,  por su parte, si no evoluciona a amar, su duración será finita, solo por un tiempo.  Y amar, con todas sus vicisitudes, se plantea por siempre, aunque la relación llegue a fracasar, por otras razones.

Entonces, quien ama está dispuesto a sacrificar el presente y los placeres a corto plazo, por una relación definitiva y a largo plazo. Entender la diferencia entre esas palabras, gustar, querer y amar,  evitará malos entendidos y expectativas insatisfechas. Amar es un sentimiento que reside en nuestro corazón, y que al momento de vincularse, será por y para siempre. 

¡Feliz Día!

Miguel A. Terán

Twitter: @MiguelATeranO


Nota: Foto ilustrativa extraída de la Web.

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