miércoles, 20 de agosto de 2014

Pensamiento y Reflexión del Día Jueves 21 de Agosto de 2014

“Un deseo es algo que  «me gustaría» ver cumplido, pero que «no necesito». En cambio, una necesidad es algo sin lo cual NO puedo funcionar”.
Rafael Santandreu. Psicólogo y escritor español.

REFLEXIÓN: Una confusión que trae muchos problemas en la vida de la mayoría de las personas es no diferenciar entre necesidades y deseos. Los deseos son producto de la interacción y aprendizaje social, no son naturales ni necesarios, tienen más que ver con los impulsos hacia algo apetecible. A diferencia de las necesidades, los deseos no se sacian, son ilimitados. “Quienes mucho desean, mucho les falta”, expresaba dos milenios atrás el poeta Horacio.
Por su parte, las necesidades son muy básicas. Son carencias vitales para conservar la vida. Las necesidades tienen un ciclo que comienza cuando aparecen, que deben satisfacerse, para luego desaparecer temporalmente hasta tanto surjan de nuevo. Las necesidades más básicas son alimento, vestido, descanso, refugio, etcétera, y las necesidades de orden superior son relacionarse y amar, entre otras. Vestir para resguardarse del clima y la intemperie podemos lograrlo con una simple camisa, pero el deseo entra en acción cuando queremos un modelo o marca de moda.

En contraposición a los deseos, el escritor ruso Leon Tolstoi planteaba que su felicidad consistía en saber apreciar lo que tenía y no desear con exceso lo que no tenía. Deseos tales como el poder, la fama y especialmente el dinero, no tienen límite. El Filósofo y escritor francés  Voltaire consideraba que solo es inmensamente rico aquel que sabe limitar sus deseos.

Como referencia, podemos mencionar la respuesta del empresario estadounidense John D. Rockefeller, considerado el hombre más rico del mundo en su momento, a quien se le preguntó en una oportunidad, cuánto dinero más necesitaría para quedar satisfecho y su respuesta fue “Solo un poco más”.


Evitar ser dominado por nuestros deseos no parece tarea fácil, cuando el mismo filósofo griego Aristóteles decía: “Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo”. Un autor anónimo expresó, algo que podría ser una gran verdad: “Cuantos más deseos se siembran menos felicidad se cosecha”.

Podríamos desear algo con tal énfasis que lleguemos a considerarlo una necesidad, es por ello, que los deseos deben obedecer a la razón, planteaba Marco Tulio Cicerón, el político, filósofo, escritor y orador romano. Mientras que el filósofo griego Epicteto manifestaba que el deseo y la felicidad no pueden vivir juntos.

Cada día surgen objetos y cosas que nos mantienen en una actividad de deseo e insatisfacción constante, asociados con temas de aceptación y pertenencia social, que nos clasifica en un grupo o estrato social.  El reto es no confundir necesidades y deseos, definiendo nuestras verdaderas necesidades y prioridades.

¡Feliz Día!

Miguel A. Terán

Twitter: @MiguelATeranO


Nota: Foto ilustrativa extraída de la Web.

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