martes, 22 de julio de 2014

REFLEXIÓN MIERCOLES 23 DE JULIO 2014

“La paz y la armonía constituyen la mayor riqueza de la familia”.
Benjamín Franklin (1706 – 1790). Político, científico e inventor estadounidense.

 Audio / Vídeo en:   http://youtu.be/pc1MuxsTVpQ


REFLEXIÓN: Un grupo familiar basado en sanos principios y valores, donde reine el amor, armonía, paz y respeto, es un hogar; lo contrario, es una simple casa. La diferencia entre hogar y casa no tiene relación con los recursos económicos disponibles, estatus, academia ni con el nivel de vida. A un hogar lo definen la calidad de los elementos morales, espirituales, afectivos y emocionales de sus integrantes.  

En nuestras “modernas” sociedades el núcleo familiar ha venido descomponiéndose y desintegrándose con acelerada rapidez, frecuencia y profundidad, quizá como nunca antes; y las consecuencias, se hacen visibles en los dramas familiares que impactan a diario nuestras sociedades, planteando un preocupante e incierto futuro.


El Papa Juan Pablo II decía que «La familia es base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guían durante toda su vida». De ninguna manera es sensato esperar que las escuelas eduquen a nuestros hijos, porque la educación es responsabilidad primordial del hogar.

Respuestas y soluciones siempre existirán para disminuir la brecha entre casa y hogar, pero se hace necesario que los adultos y progenitores comprendamos nuestro rol como guías, líderes y miembros de nuestras familias, para reconocer –con honestidad - si estamos contribuyendo a formar familia y sí nuestros hogares son de verdad hogares.  Un sabio proverbio chino nos dice: «Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa». 

Los filósofos Confucio y Aristóteles, en diferente tiempo y lugar, coincidieron en afirmar que para que exista la armonía en una sociedad, ésta debe existir primero en la familia.  Las familias son la raíz y base de las sociedades, por ello en una sociedad donde la familia se desintegra puede esperarse caos y desorden.

No hay razón que justifique el abandono de la familia, porque el tiempo que no dediquemos a nuestra familia en el presente, lo dedicaremos multiplicado y sufrido en el futuro. El famoso Walt Disney planteaba que nunca debemos descuidar a nuestra familia por los negocios. La atención o desatención, el cuidado o descuido, que brindemos a nuestra familia se sentirá positiva o negativamente en la sociedad, donde la siembra familiar será la cosecha social.

El reto como personas, integrantes de una familia y miembros de una sociedad es dedicar nuestro mejor tiempo y esfuerzo, para lograr que nuestras familias practiquen  valores que reflejen nuestro verdadero y auténtico aporte a la sociedad y al futuro. Para ello, es importante tener presente que nuestro ejemplo será mejor referencia y guía que nuestras simples palabras.


¡Feliz Día!
Miguel A. Terán


Twitter: @MiguelATeranO 

Nota: Foto ilustrativa extraída de la Web.

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