“Hay algo tan necesario como el pan de cada día y es la paz de cada día; la paz sin la cual el pan es amargo”, nos recordaba el poeta mexicano Amado Nervo (1870– 1919).
El Dalái Lama afirma que el mantenimiento de la paz comienza con la auto-satisfacción de cada individuo. Al no estar satisfechos con nosotros mismos será imposible estar satisfechos con nada ni con nadie. Al no estar en paz con nosotros mismos, estaremos en guerra contra el mundo.
Una condición para la paz es aprender a escoger nuestras batallas, porque como acertadamente alguien lo expresó: “A veces tener paz es mejor que tener razón”. Recordemos que más vale un mal arreglo que un buen pleito. Un autor anónimo nos decía "Si te declaras guerrero, preparate para no tener paz". En el rol de guerreros, muchas veces nosotros mismos somos nuestra principal víctima
Las injusticias y desequilibrios siempre son enemigas de la paz. En muchas oportunidades la paz está atada con una débil tela de araña, al más mínimo evento se acaba. Otras veces, esa paz está montada o cimentada sobre algunas mentiras, costumbres o paradigmas que no podrán perdurar por siempre. Y, nos sorprende cuando algo que parecía "perfecto" se desmorona porque sus bases eran -literalmente- de barro.
Será imposible estar ni vivir en paz si, continuamente, nos reprochamos el pasado o nos angustia el futuro. Al llenarnos de malas noticias, ver solo el lado negativo o pesimista de todo, rodearnos de profetas del desastre, llenarnos de miedos e incertidumbres, estamos camino a la angustia y zozobra que nos indican que hemos perdido la paz.
Para tener paz deben estar alineados nuestra mente, corazón y espíritu. Reconozcamos los ladrones de nuestra paz y saquémoslos de nuestra vida. Algunas veces vendemos nuestra paz por conseguir cosas que solo nos darán placeres efímeros. Decía el brillante escritor uruguayo Eduardo Galeano "Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen". Ambos han perdido el tesoro de la paz.
Para tener paz deben estar alineados nuestra mente, corazón y espíritu. Reconozcamos los ladrones de nuestra paz y saquémoslos de nuestra vida. Algunas veces vendemos nuestra paz por conseguir cosas que solo nos darán placeres efímeros. Decía el brillante escritor uruguayo Eduardo Galeano "Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen". Ambos han perdido el tesoro de la paz.
Sembremos paz para recoger paz. Vivamos en paz, porque este es único camino para no transitar por la vida de batalla en batalla. Sentir paz es clara señal de estar en el camino correcto.
Miguel A. Terán
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