“La preocupación es como una silla mecedora; te mantiene ocupado pero no te lleva a ninguna parte”.
Autor Anónimo
REFLEXIÓN: Si la preocupación nos pone en acción, entonces, es una opción perfecta; por el contrario, si simplemente nos angustia, es una pésima opción. Al girar en círculos sobre los problemas, sin resolverlos, éstos continuarán creciendo junto a nuestra angustia.
Bien lo dijo el poeta italiano de los años 1700’s, Pietro Metastasio, que si las preocupaciones de las personas se leyeran escritas sobre la frente, muchas personas nos causarían lástima en vez de envidia.
Hoy día, ya debemos saber si las preocupaciones del ayer se convirtieron en realidad o solo fueron preocupaciones. Si nos dedicamos a atacar y resolver, desde la raíz, las posibles causas de los problemas, es muy probable que los resolvamos a tiempo, evitando que se hagan realidad el día de mañana.
La preocupación adecuadamente enfocada debe llevarnos a planificar acciones para enfrentar y resolver los problemas que nos amenazan. Las opciones son luchar o huir del problema, aunque en oportunidades la opción de huir podría solo dejar al problema creciendo y solidificándose; para encontrarlo, más temprano que tarde, difícil de resolver.
Las incertidumbres y preocupaciones de estos tiempos han ido convirtiéndonos en individuos llenos de ansiedad, poco tolerantes, amargados y hasta explosivos, lo que deteriora nuestra relación con los demás y el entono, causándonos mayores y más complejos problemas.
Cuando los problemas son una realidad, entonces, «No te preocupes…ocúpate». A levantarnos y resolverlos, permanecer en la mecedora no es la solución.
Miguel A. Terán
¡Feliz Día y Feliz Semana!
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