“La única diferencia entre un buen día y un mal día es nuestra actitud”.
Autor Anónimo
REFLEXIÓN: El filósofo griego Epicteto decía que las personas no se ven perturbadas o trastornadas por las circunstancias sino por la actitud que adoptan ante estas circunstancias. Por su parte, el industrial Henry Ford, planteaba que si piensas que puedes como si piensas que no puedes, en ambos casos tienes razón. Es la actitud con la que afrontamos cualquier situación la que nos lleva a visualizar un mundo de recursos, alternativas u oportunidades o un mundo de carencias y problemas.
Desde otro ángulo, sí continuamente tenemos sobre nuestra cabeza una nube negra de pesimismo, difícilmente veremos un día soleado. Se dice que hay quienes en una deliciosa dona, solo ven el hueco; y esos mismos individuos, son quienes siempre ven el vaso de agua medio vacío. Personajes brillantes, a través de la historia, han reconocido que la actitud es más importante que la aptitud, porque la actitud es la que potencia o desinfla a nuestra aptitud.
Por último, culpar a otros de lo que nos ocurre también es parte de nuestra actitud, y al hacerlo estamos poniendo en manos de otras personas nuestros eventos y circunstancias. Sí dejamos de culpar o responsabilizar a los “tu’s” y a los “ustedes”; y pasamos a culpar o responsabilizar a los ”yo’s” y a los “nosotros”, estaremos reconociendo que con nuestras propias actitudes, decisiones y conductas debemos afrontar nuestras circunstancias. ¡Cómo debe ser!
Nadie debe “hacernos” nuestro día, porque para bien o mal, esa es nuestra tarea y responsabilidad. Todo es cuestión de nuestra actitud, decisiones y acciones.
Miguel A. Terán
¡Feliz Día y Feliz Fin de Semana!
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