“¿Quieres saber si tal o cual acción es buena o condenable? Pregúntate ¿Qué ocurriría si todos se comportaran como tú?”.
André Comte-Sponville. (1952) Filósofo francés y miembro del Comité de Ética de Francia.
REFLEXIÓN: Cuando tengamos dudas de si alguna actitud o conducta de nuestra parte es o no buena, estas preguntas nos permitirán aclararlas. Reconocer anticipadamente qué ocurriría si todos lo hicieran igual que nosotros, podría advertirnos acerca del éxito o el caos que podríamos ocasionar.
Generalmente, disponemos de válidas y confeccionadas justificaciones para casi todo lo que hemos hecho, hacemos y haremos; y cuando no las tenemos, las inventamos. Pensamos que si es justificable y/o válida para nosotros, puede hacerse, pero nunca reparamos en sus consecuencias, porque no les otorgamos la debida importancia ni medimos su real impacto.
Consideramos muchos casos y situaciones como algo puntual o circunstancial; por ejemplo, una violación a una norma de tránsito, en la cual no tuvimos presente sus consecuencias extremas, pero por suerte no ocurrió nada grave. No obstante, por descuido o ignorancia algunas de estas actitudes y conductas las ponemos en práctica en presencia de nuestros hijos, de un supervisado o de alguien quien como buen alumno nos imitará, tal vez superando a su maestro o posiblemente con menos suerte que éste.
Paradójicamente, el día de mañana, les diremos que eso no se hace y hasta les penalizaremos o castigaremos por ello. Muchas de las cosas malas que ocurren a nuestro alrededor, y que son parte del repertorio oscuro o gris de nuestra idiosincrasia individual o colectiva, comenzaron “inocentemente” con la infeliz decisión de alguien para hacer algo incorrecto o indebido.
Como seres que vivimos en sociedad, no debemos hacer a otros los que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros, porque nuestras decisiones y acciones son parte del caos o de la solución.
Miguel A. Terán
¡Feliz Día y Feliz Semana!
No hay comentarios:
Publicar un comentario