Artículo Publicado en Los Tiempos Newpaper - Miami, FL. Agosto 2022
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Podríamos considerar que el éxito representa un concepto, definición o percepción muy personal, y eso parecería cierto; sin embargo, es una realidad que el concepto de éxito se nos transmite y forma como parte del ADN cultural.
Nuestro concepto personal de éxito comienza en la
familia y es reforzado o desvirtuado por la sociedad en la cual nacemos o
vivimos. El sistema social en su totalidad, desde nuestros hogares y escuelas
nos “alfabetiza”, imponiendo su concepto de éxito.
Luego de ese largo proceso de “alfabetización”, existen
pocas opciones y probabilidades de cuestionarnos el concepto de éxito que se
nos ha implantado. Durante todo nuestro proceso de socialización, la sociedad
utiliza diversos medios que -literalmente- nos adoctrinan, para consolidar en nuestras
mentes diferentes aspectos asociados con el “éxito” aceptado socialmente.
Sin embargo, el concepto de éxito puede mutar y
transformarse con el correr del tiempo debido a nuestra exposición a nuevos
lugares, culturas, personas, circunstancias, experiencias, educación y
aprendizajes. Tengamos presente que nuestro crecimiento y desarrollo como seres
humanos y sociales exige reflexión y cuestionamiento sobre nuestras creencias y
paradigmas, como requisito básico para poder abrirnos a la búsqueda de nuevos caminos
y horizontes.
Muchos de “nuestros sueños”, que inocentemente los
creemos nuestros, han sido previamente envasados por el sistema social, a
través de sus herramientas culturales. Entonces, podemos pensar y convencernos
que son nuestros sueños, pero no siempre lo son. A veces, como referimos en el
párrafo anterior, con el transcurrir del tiempo y el recorrer de nuevos caminos,
reconocemos que en algún momento desvirtuamos nuestros propios sueños y nos
alineamos a un sueño colectivo, que nos quitó nuestra voz individual y nos
convirtió en parte de un eco.
Ello ocurre en todo sistema social, no importa la tendencia cultural, política ni religiosa; ya que, cada sistema para sobrevivir alfabetiza y adoctrina a sus miembros. El resultado es que podemos vivir una vida circular, recorriendo caminos previamente diseñados.
Quienes buscan continuamente el éxito y pretenden
llevar una vida de logros, no se dan cuenta, ni mucho menos reconocen, que caen
en una terrible circularidad que los lleva a la insaciable búsqueda de más
logros, que unidos a una permanente y continua insatisfacción -resultado de no
valorar ni disfrutar lo que ya tienen- pueden convertir sus vidas en algo
miserable. El brillante pensador
estadounidense Ralph Waldo Emerson, expresaba que “El éxito consiste en obtener
lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se obtiene”.
Una de las distorsiones o trampas del éxito es que
siempre parece estar ubicado en el futuro; nunca está completo ni satisfecho en
el presente. Siempre falta “algo” para alcanzarlo; “algo” por hacer que es
escurridizo. El otro lado de esta historia es cuando reconocemos que el éxito
existió o fue realidad en el pasado, y ello significa que está ausente en el
presente y parece tener pocas oportunidades de volver a ser realidad en el
futuro, y es a partir de allí que nuestra conversación se llena de “yo tuve o
yo fui” o “nosotros tuvimos o fuimos”.
Las medidas tradicionales del éxito basadas en dinero,
posesiones, poder, prestigio, relaciones, estatus, reconocimiento y trofeos de
todo tipo, terminan engañándonos al convencer a nuestro ego que ese es el
camino correcto, aunque no siempre lo es. Hacemos y acumulamos, pero nos
olvidamos de saborear y disfrutar el resultado de nuestros esfuerzos y logros
por estar enfocados en hacer y buscar siempre más.
El éxito no necesariamente nos lleva a la felicidad.
Altos niveles de comodidad y de seguridad económica, estatus y pertenencia,
definitivamente nos permitirán disfrutar de bienestar y confort, pero a pesar
de ello, muchos individuos en esa condición siguen experimentando un profundo vacío
existencial en sus vidas. Decía el novelista estadounidense, Channing Pollock,
que “La felicidad es una estación de parada en el camino entre lo demasiado y
lo muy poco”.
El consumo de drogas y los suicidios de personas de
“éxito”, actos que parecen representar escapes, deben poner en duda nuestra
referencia de las bondades del éxito; ya que, ¿Quién querrá escapar de algo que
es “tan bueno”?
Para lograr el éxito y poder disfrutarlo requerimos
primeramente definirlo, ya que ¿Cómo saber cuándo alcanzamos el éxito sino lo
hemos definido previamente? y ¿Cómo saber que ya es el momento de detener su búsqueda?
No definir previamente qué es el éxito hará que buscarlo se convierta en una
actividad sin fin, infinita o en una utopía. Para muchos, tristemente, eso es
el éxito, algo por alcanzar. La búsqueda ilimitada e insaciable del éxito, en
algún momento hará de éste y de nuestra vida un gran fracaso.
La vida se nos va trabajando y esforzándonos para
conseguir ese indefinido éxito. En innumerables oportunidades, ocurre que no
solo nos dedicamos a buscarlo, sino a cuidar, proteger y atesorar lo que con
“éxito” hemos conseguido, convirtiéndonos en prisioneros de nuestros logros.
Parece paradójico, pero ocurre que a mayor “éxito” mayores temores y miedos
Tengamos presente que un éxito que nos quite o robe
nuestra paz interior, no puede ser considerado éxito. El éxito no debe ser un fin en sí mismo, sino
simplemente «un medio para» alcanzar una vida armónica, balanceada y
equilibrada en todos los aspectos.
Como de costumbre, muy bueno tu artículo querido Miguel. El éxito y la felicidad siempre serán temas interesantes de abordar. Ambos son muy subjetivos y en ambos la actitud juega un papel, desde mi juicio, preponderante. Saludos!!
ResponderEliminarGracias por comentar. Me alegra que haya sido de interés el artículo.
EliminarMí querido amigo Miguel, como de costumbre, acertado y equilibrado en los planteamientos, que invitan a cada uno a la reflexión. Saludos y Gracias
ResponderEliminarAmigo Miguel, ésto es muy cierto, pues todo Exito que no robe o nos quite la Paz interior no podemos llamarlos EXITOS
EliminarGracias por el comantario. Me alegra que haya sido de interés.
EliminarGracias por comentar. Me alegra que haya sido de interés el artículo.
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