“No
vendas el sol para comprar una bombilla”.
Proverbio
israelí
REFLEXIÓN:
En la vida vivimos en una constante transacción, convenio, negociación o trato,
que parece parte de la naturaleza humana. Simplemente, debemos tener cuidado de realizar
intercambios de manera adecuada y razonable, en los que ambas partes ganen. La
idea es que transemos de manera sinérgica, donde las partes involucradas logren
mucho más con la concertación y unión de esfuerzos.
Tengamos
presente que ninguna relación ni ganancia se hace duradera en el tiempo, cuando
alguna de éstas se beneficia de manera regular y permanente de la otra parte. En
ese mismo orden de ideas, el teólogo y escritor francés François Fénelon, nos
recordaba que el verdadero medio de ganar mucho consiste en no querer nunca
ganar demasiado.
Debemos
valorar lo que poseemos u ofrecemos como parte de nuestro intercambio en ese proceso
de transacción, pero se hace necesario hacerlo desde una perspectiva y punto de
vista realista, de ninguna manera emocional. Lo mismo ocurre con lo que la otra
persona intercambia, porque también es justo otorgarle valor. No es posible mantener
una sana relación solo pensando que lo nuestro vale y lo de los demás no. No
podemos negociar con aquellos que dicen, “lo que es mío es mío y lo que es tuyo
es negociable”, eran palabras del ex Presidente estadounidense John F. Kennedy.
Tomar
decisiones desde las pasiones y emociones nos lleva a realizar intercambios poco sensatos, donde cambiamos -como
refiere el pensamiento- el sol por una bombilla. Este error puede ocurrir en
muchos intercambios de los que a diario se suceden en todo tipo de
interacciones humanas, desde las afectivas hasta las de negocios.
En
interacciones o relaciones humanas nubladas u opacas, en las cuales el sol no
resplandece, con la necesaria frecuencia ni intensidad, puede cometerse el
error de dejarse encandilar o deslumbrar por una simple bombilla. Por ello,
podemos observar situaciones casi inexplicables en las cuales alguien se retira
de un trabajo para escoger otro que parece de menor nivel o potencial, parejas
que abandonan a su consorte o compañero para ir tras una relación que luce de
entrada como un fracaso, o aquellos quienes abandonan carreras profesionales,
etcétera.
Valoremos
lo que ofrecemos, porque si nosotros no lo hacemos, otros no lo harán por nosotros.
¡Feliz
Día!
Miguel
A. Terán
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Nota:
Foto ilustrativa extraída de la Web.
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