“Si al abrirse
camino en una montaña, guiándose por una estrella, el viajero se deja absorber
demasiado por los problemas que encuentra en el camino, se arriesga a olvidar
cual es la estrella que lo guía”.
Antoine de
Saint-Exupery (1900-1944). Escritor francés. Autor de El Principito.
REFLEXIÓN:
Cualquier camino que emprendamos tendrá obstáculos, circunstancias positivas y
negativas, sucesos prósperos y adversos. Es parte de la vida transitar entre
vicisitudes, aprovechando los momentos positivos para fortalecernos y
prepararnos, y luchando con optimismo en los negativos para superarlos,
reflexionando y aprendiendo de éstos la lección que nos dejan.
Debemos
disfrutar nuestro transitar por el camino, porque “No hay camino a la
felicidad. La felicidad es el camino”. Muchas veces estamos esperando la
próxima etapa de nuestra vida para ser felices, de manera tal que nos llenamos
de expectativas y, con éstas, abrimos la posibilidad de sentirnos
frustrados cuando las cosas no suceden como esperábamos. Son muchos los que han
pensado, por ejemplo, que serán felices el día que se casen, y pasado el
tiempo, podrían estar esperando la felicidad el día que se
divorcien.
No obstante,
siempre debemos ver más allá de las circunstancias y problemas, para no perder
el rumbo ni finalmente el destino. En caso de perder esa estrella que nos guía
corremos el riesgo de desviamos de nuestro camino original, de esos sueños y
compromisos, yendo tal vez hacia otros horizontes y en otras compañías. Algunos
cambios no necesariamente son malos, lo único que requieren tiempo para
evaluarlos, porque a primera vista la evaluación puede ser superficial. El
tiempo lo dirá.
Al transitar
el camino de la vida nos transformamos, solo debemos tener cuidado de no
convertirnos, en algo muy distinto a lo que alguna vez deseamos y
soñamos ser.
¡Feliz
Día!
Miguel A. Terán
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