Pensamiento y
Reflexión del Día (Martes 08 de Abril de 2014)
“La gratitud
en silencio no sirve a nadie”.
G.B. Stern
(1890 -1983). Escritora británica.
REFLEXIÓN: Si
bien es cierto que el placer de ayudar debe ser en sí mismo la compensación
para quien lo hace, unas palabras de agradecimiento nunca están de más. El
agradecer enriquece más a quien lo expresa, que a quien lo recibe. Debemos
estimar la ayuda, favor o beneficio que alguien no otorgó e incluso, que
simplemente, lo intentó. Nunca debe considerarse el agradecimiento como un
intercambio de favores, porque sería una errada interpretación.
La sencilla
palabra “Gracias”, muchas veces compleja de decir para algunos, puede ser más
que suficiente para alguien cuya satisfacción ya se había hecho realidad con el
deber cumplido. Decía Aristóteles que “el agradecimiento envejece rápidamente”;
en el mismo orden de pensamiento, el escritor Mario Puzo, autor de la famosa
obra El Padrino, planteaba que el tiempo hace estragos en la gratitud, aún más
que en la belleza. “Cuando bebas agua, recuerda la fuente”, dice un viejo
proverbio chino.
Algunas veces
se agradece solo lo que representa cosas tangibles o materiales, se nos olvida
agradecer a quien nos hace sonreír, a quien nos brinda su sincera amistad, a
quien nos da una palabra de aliento en un momento difícil, a quien enriquece
nuestro espíritu, a quien nos aporta conocimiento, a quien estimula nuestros
sueños, y sobre todo a quien nos da parte de su más valioso tesoro, su tiempo.
El filósofo
Séneca decía que era tan grande el placer que se experimenta al encontrar una
persona agradecida, que vale la pena arriesgarse a encontrar a un ingrato. El
escritor francés Jean de la Bruyère, consideraba que sólo un exceso es
recomendable en el mundo: el exceso de gratitud.
Es mucho lo
que debemos agradecer cada día, a Dios, a la vida y a todo aquel que de alguna
manera nos premia con su afecto, ayuda, consideración o favor.
Miguel A.
Terán
¡Feliz Día!
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