El Pensamiento del Día (Miércoles 05 de Febrero de
2014) “La carencia es un gigante que crece y al que el manto del TENER nunca
llegar a cubrir”. Ralph Waldo Emerson (1803-1882).
REFLEXIÓN: No
importa cuánto logremos tener, porque “siempre la cobija será corta” para
cubrir al insaciable deseo de poseer y acumular más. A finales del siglo XVI
reconocía el escritor español Francisco de Quevedo: “Lo mucho se vuelve poco
con solo desear otro poco más”. Transitamos más por la vida sufriendo nuestras
carencias y vacíos que disfrutando nuestras llenuras. El filósofo y escritor
francés Voltaire consideraba que “Solo es inmensamente rico aquel que sabe
limitar sus deseos”. Los deseos, en su mayoría, están motivados por la cultura,
la presión social y el aprendizaje social, los cuales los desvirtúan
transformándoles en falsas “necesidades”. La satisfacción de deseos y su
ilimitado crecimiento convierten a los individuos en esclavos, al crearles
apegos y hacerles insaciables en la búsqueda de algo más. Nuestras reales
necesidades son muy básicas, pueden cambiar con el tiempo, pero siguen siendo
muy básicas. Por el contrario, los deseos nos llevan a pensar permanentemente
en lo que nos falta y no permiten que nos dediquemos a disfrutar lo que
tenemos. El escritor y poeta italiano Arturo Graf consideró que los deseos son
como los peldaños de una escalera, con ellos ocurre que cuanto más subes, tanto
menos contento estas. La respuesta o la razón para que esto ocurra es simple,
como dijimos líneas atrás, estamos más preocupados pensando en lo que nos falta
que disfrutando lo que tenemos. Confundimos nivel de vida y calidad de vida.
Por ello, hemos creado un estándar o nivel de vida compuesto de muchas cosas
innecesarias, a las cuales nos hemos apegado -a tal extremo- que ya no podemos
prescindir de ellas, pero que pueden condenarnos a una miserable calidad de
vida personal y familiar.
Miguel A. Terán
¡Feliz Día!
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