“Es un arte saber ceder en lo trivial”.
Doménico Cieri Estrada (n. 1954). Escritor mexicano.
REFLEXIÓN: Discutir sobre temas triviales o trillados, comunes, sin importancia o conocidos por todos; lejos de producirnos un beneficio, nos desgastan y exponen a discusiones sin sentido y enemistades. Una de las características de este tipo de tema es que no se concluye nada en su discusión, solo se gira en círculos.
Cuando discutimos con alguien que lo hace básicamente desde la pasión y la emoción, sin considerar la razón, no será fácil llegar a un acuerdo, por más simple que parezca el tema. Las discusiones equilibradas, conllevan una adecuada combinación entre mente y corazón, que nos permite detenernos o ceder cuando ya no haga sentido continuar discutiendo, para evitar deteriorar el momento o impresionar como testarudos.
Cuando discutimos basados en nuestras creencias y paradigmas, será muy poco el avance; por el contrario, la discusión fluirá y se llegará a acuerdos cuando tenemos nuestra mente abierta y flexible a nuevas o diferentes opiniones y puntos de vista.
Acostumbramos tomar posiciones radicales en muchos aspectos de nuestra vida, y las discusiones ponen a flote rasgos de inflexibilidad y radicalismo. Así como ceder puede ser muestra de abdicar o renuncia, en oportunidades ceder es demostración de madurez y sabiduría. Se dice que «Más vale un mal arreglo que un buen pleito».
Debemos avanzar en nuestras discusiones; para ello, requerimos estar informados y con conocimiento integral o total del tema a tratar, dirigiendo esfuerzos a la búsqueda de soluciones y no a la queja ni la discusión estéril. Pero sobre todo, tengamos presente que no vale la pena participar en discusiones sin sentido, que no nos llevarán a nada bueno.
¡Feliz Día!
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