El Pensamiento del Día (Miércoles 06 de Noviembre de 2013):
“La conciencia es el mejor juez que tiene un hombre de bien”.
José de San Martín (1778-1850). Militar y político argentino.
REFLEXIÓN: Son innumerables las veces que podemos engañar a otros e incluso a nosotros mismos, pero nunca engañaremos a nuestra conciencia. Al engañar nos engañamos. Como siglos atrás expresó, Marco Fabio Quintiliano, retórico y pedagogo hispano-romano: "La conciencia vale por mil testigos”.
Podríamos decir que la conciencia se ubica en un punto medio entre el cerebro y el corazón. Parte importante de los problemas personales y sociales radican en que el cerebro ha pasado a manejar todas nuestras decisiones, acciones, interacciones y relaciones. La conciencia es quien nos permite hacer las cosas correctas y no solo hacer las cosas correctamente, porque es posible hacer lo incorrecto de manera correcta.
Podemos llenarnos de acuerdos, compromisos, leyes y normas, pero al no lograr que los individuos se guíen por su conciencia, siempre aparecerán opciones para interpretarlas, desvirtuarlas, incumplirlas y hasta violarlas. En etapas terminales del deterioro moral, se considera astutos, y casi “modelos” a seguir aquellos individuos con facilidad mental, adornado verbo y deficiencia espiritual para incumplir acuerdos y compromisos, transitando con facilidad al margen de normas y leyes.
En las sociedades donde lo ético y lo moral, no representan reales valores, más allá de lo cosmético o aparente, el precio para las generaciones presentes y venideras será muy elevado, porque los intereses – de tal actitud y conducta - deben pagarse con incertidumbre, falta de paz y desasosiego.
Parte de la tragedia humana es que a lo largo de la historia, y hasta en lo que vivimos a diario, encontramos individuos que el cerebro les anuló el corazón, secó el espíritu y les secuestró la conciencia.
Miguel A. Terán
¡Feliz Día!
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