viernes, 28 de marzo de 2025

RECOMENDACIÓN DE PELICULAS: ADOLESCENCIA Y ATRAPADOS.

 

Estuve viendo dos miniseries disponibles en Netflix que consideré válido recomendarlas a mis amigos y lectores, especialmente para aquellos que tienen hijos adolescentes, o van en esa vía, aunque -en realidad- son interesantes para cualquier adulto que deseé reflexionar sobre la importancia del tema tratado.

Como ciudadanos es importante estar informados y tener conciencia de lo que ocurre en nuestras sociedades, porque estamos en una misma comunidad y todo lo que impacta a esa comunidad, positiva o negativamente, más temprano que tarde nos impactará a todos los que somos parte de la misma. 

Inclusive, en un mundo globalizado debemos reconocer que nos impacta todo lo que ocurre en ese mundo global. 

Una de estas recomendaciones es ADOLESCENCIA, de producción británica con 4 episodios.

La otra es ATRAPADOS de producción argentina con 6 episodios.

Y, quisiera complementar esta recomendación con un artículo que publique en mi Blog hace algún tiempo, pero cuyo tema está cada día más vigente. Para leerlo solo colocar en el buscador de internet:


En la medida que nuestro entorno continue cambiando, nosotros debemos ir conociendo y tomando conciencia de los cambios, preparándonos de mejor manera para cumplir efectivamente con nuestras responsabilidades, en diferentes aspectos de nuestra vida, pero especialmente cuando tenemos la responsabilidad de ser padres y tener a nuestros hijos aún bajo esa responsabilidad, ya que, en realidad, debemos tener presente que «No estamos solo criando hijos sino creando los hombres y mujeres del mañana».

martes, 18 de febrero de 2025

LA EXITOINA - FRASE DE EDUARDO GALEANO - LA IMPORTANCIA DE COMPRENDER EL ÉXITO

Expresaba el brillante periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano con respecto a la fama que: 

"La fama que salva a algunos de la miseria los hace prisioneros. La exitoina es una droga muchísimo más devastadora que la cocaína, aunque no la delatan los análisis de sangre ni de orina".

La exitoina que menciona Galeano es la droga que representa el éxito, cuando no hemos comprendido que un logro vital en nuestra vida es haberlo definido con anticipación; tal cual, debemos primeramente disponer de la información de una dirección antes de salir a buscar el referido lugar. Al no hacerlo de esa manera, podemos ir en busca del éxito en la ruta equivocada, no saber cuándo lo hemos alcanzado, y seguir buscándolo eternamente y sin rumbo cierto. 

Manejar con sabiduría el éxito, para hacerlo equilibrado y armónico, parece no ser una tarea fácil, ya que el éxito nos transforma en alguien que no conoceremos hasta que alcancemos el éxito, y el reto es no olvidar quién éramos y conservar nuestros valores de vida, para no apenarnos del ser en quien nos hemos transformado.

El autor y orador motivacional estadounidense Jim Rohn, nos recordaba que “La pregunta más importante que debemos hacernos en las diferentes etapas de nuestra vida, no es ¿Qué estoy consiguiendo?, sino ¿En qué me estoy convirtiendo?”. Cuando la respuesta a la segunda pregunta nos haga cuestionarnos o dudar, es momento de reconocer que perdimos o comenzamos a perder el rumbo.  


El psicólogo y autor español Bernabé Tierno, plantea que uno de los principales problemas de nuestro tiempo es que el éxito ha sido asociado únicamente a lo material, lograr una buena posición económica, prestigio, fama, riqueza y poder sin límite; aunque por siglos ha quedado demostrado que jamás el poder y las riquezas fueron causa directa y determinante de la felicidad humana. 

El verdadero éxito debe permitirnos adquirir conciencia de la importancia de decidir y dirigir nuestra propia existencia, sin permitir que otro nos imponga su criterio de éxito ni de lo que debemos hacer para ser felices. Tristemente, el resultado del verdadero éxito lo recogeremos en los últimos momentos de nuestra vida. 

La palabra «Rosebud» expresada en su lecho de Muerte por Charles Foster Kane, el magnate millonario de la prensa, personaje de la película de Orson Welles «Ciudadano Kane”, puede ser una válida referencia para referir el éxito al final de la vida, cuando no logramos armonizarlo durante el transcurrir de esa vida. En dicha película el personaje del periodista Jerry Thompson investiga profundamente sobre la vida privada de Kane, con el objetivo de descubrir qué significaba esa última palabra al morir.

Kane tuvo una niñez de pobreza, pero, la vida dio vueltas y terminó con una gigantesca fortuna, pero el final de su vida esta transcurre en la soledad de una enorme finca de su propiedad, acompañado únicamente del personal que trabajaba allí.  Al final de la película, se revela que Rosebud es el nombre del trineo que Kane tuvo cuando era un niño, parece que, entre tanta riqueza, abundancia de obras de arte, joyas, muebles y propiedades, su mejor recuerdo fue el trineo que tuvo cuando era un niño pobre. 


El auténtico fin de todos los seres humanos en la vida es ser felices, para lo cual debemos equilibrar sabiamente trabajo, familia, ingresos, tiempo, necesidades y deseos, junto al crecimiento personal integral – mente, corazón y espíritu -, conservar una buena salud, luchar por la paz en todos los sentidos y ser útiles a la sociedad en la cual vivimos. La idea es dejar para las generaciones venideras un mundo mejor del que encontramos cuando llegamos. 

Nota: Referencia de la película "Ciudadano Kane" tomada de Wikipedia


viernes, 14 de febrero de 2025

UNA HISTORIA DE AMOR CARL SAGAN Y ANN DRUYAN

 Una nota desde una perspectiva del amor y de la vida. En palabras de Ann Druyan, esposa de Carl Sagan.

"Cuando mi esposo murió, era tan famoso y conocido por no ser creyente, que muchas personas me preguntaron, y todavía me pasa a veces, si Carl había cambiado y se había convertido al final en un creyente en la vida después de la muerte. También me preguntaron con frecuencia si creo que lo volveré a ver. Carl se enfrentó a su muerte con coraje y tenacidad y nunca buscó refugio en ilusiones. La tragedia fue que los dos sabíamos que nunca nos volveríamos a ver”.


“No espero volver a reunirme con Carl. Pero lo más grandioso es que mientras estuvimos juntos, por casi 20 años, vivimos con una apreciación real de lo breve que es la vida y lo preciosa que es. Nunca trivializamos el significado de la muerte fingiendo que era algo más que una separación definitiva. Cada momento que estuvimos vivos y estuvimos juntos fue milagroso, pero no en el sentido de inexplicable o sobrenatural”.

Sabíamos que habíamos sido beneficiados por el azar. Que el azar puro haya sido tan generoso y amable que nos pudimos encontrar, como Carl escribió tan bellamente en «Cosmos»: “Que nos hayamos podido encontrar y estar juntos en la vastedad del espacio y la inmensidad del tiempo”. “Eso es algo que me sostiene y que es mucho más significativo. La forma en que me trató y en que lo traté, la forma en la que nos cuidábamos el uno al otro y a nuestra familia mientras vivió. Esto es mucho más importante que la idea de que lo volveré a ver algún día”.

“No creo que vuelva a ver a Carl nunca más. Pero lo vi. Nos vimos el uno al otro. Nos encontramos el uno al otro en el cosmos, y eso fue maravilloso”.

Nota: Carl Edward Sagan fue un brillante y reconocido astrónomo, astrofísico, cosmólogo, astrobiólogo, escritor y principalmente un reconocido divulgador científico estadounidense. Profesor de las Universidades de Harvard y Cornell. Autor o coautor de más de veinte libros e innumerables artículos. (Nota Tomada de Wikipedia)

Fotografía: Tomada de internet.

martes, 4 de febrero de 2025

Evitemos tomar a los demás como referencia para nuestra felicidad.

 Artículo Publicado en Los Tiempos Newspaper - Miami, Florida USA Enero - Febrero 2025

El problema de alcanzar la felicidad es que siempre pretendemos buscarla fuera de nosotros, cuando en realidad está dentro de nosotros. Muchos siglos atrás el poeta Publio Siro reconocía que “Ninguna persona es feliz a menos que crea serlo”. En similar orden de ideas, el político estadounidense Abraham Lincoln afirmó “Casi todas las personas son tan felices como deciden serlo”.

Más aún, muchos individuos ni siquiera tienen definido su concepto de felicidad en términos claros ni precisos; por lo tanto, se les hace muy difícil -quizá imposible- saber cuándo ésta ha sido alcanzada, corriendo el riesgo de convertirla en una “eterna búsqueda”.  


Igualmente, es un hecho, que la mayor parte de las veces tampoco definimos en términos claros y precisos hasta dónde queremos llegar en la vida, y ocurre que colocamos metas que se convierten solo en etapas de un recorrido más largo, las cuales van cambiando, llevándonos en un transitar infinito de meta en meta, sin saber nuestro destino final.

Evaluamos lo que otro posee o creemos que posee y consideramos que, si tuviéramos lo que esa persona tiene, podríamos ser tan o más felices que ella o él. En estos tiempos, las redes sociales están llevando nuestra imaginación sobre la felicidad de los otros hasta extremos, convirtiéndola en un problema de “silenciosa envidia colectiva”, con rasgos virales. En las redes sociales parece que nadie trabaja, lucha, ni se enferma ni sufre; el que la está pasando peor, está cuando menos en una playa.

“Todo mundo” parece viajar, ir a restaurantes y fiestas, tener vehículos del año, una casa lujosa, matrimonios felices, etcétera, pero en muchos casos eso es solo el cascarón, ya que nadie publica su parte gris; por ejemplo, sus deudas ni sus estados de cuenta de las tarjetas de crédito. Una referencia para precisar este tema es que las deudas atrasadas con más de 90 días en tarjetas de crédito, según Banco de la Reserva Federal de Nueva York, se incrementaron al 10.7% durante el primer trimestre de 2024, mientras el año anterior era del 8.2%, y es posible que mucha de esa felicidad en las redes sociales sea parte de esa estadística.

Desde una sencilla perspectiva es muy fácil imaginarnos a los demás infinitamente más felices que nosotros, y con seguridad, más felices de lo que en realidad lo son, por lo cual será imposible alcanzarlos en esa “felicidad” extrema. Esa felicidad envidiada o envidiable, tiene como referencia solo lo material, porque desconocemos los detalles y en realidad no se envidia el conocimiento o la espiritualidad.


Esa comparación es absolutamente subjetiva, porque comparamos solo en base a lo que interpretamos de lo que percibimos. Tengamos presente que cada uno tiene sus propias angustias, incertidumbres, problemas y circunstancias, y como dice un refrán popular “La procesión va por dentro”, porque no todos exteriorizan esos problemas, pesares y sufrimientos. Recordemos que no todo lo que brilla es oro.

Además, acostumbramos o posponer muchas alegrías, sueños y momentos para un incierto “después”, porque no concebimos la muerte como una realidad siempre presente, parece que morir es algo que le pasa solo a los demás, por lo tanto “tenemos tiempo” para dejar los momentos felices para un “después” o para un “más adelante”, que a lo mejor nunca llegará.

Expresaba el escritor y aviador estadounidense, Richard Bach, “Si tu felicidad depende de lo que hagan los demás, supongo que estarás en aprietos”. La felicidad propia con referencia a la felicidad de otros no es posible alcanzarla, porque siempre imaginamos a los otros más felices de lo que en realidad son, nos decía el escritor y político francés Barón de Montesquieu.

Por su parte, el poeta italiano del siglo XVIII, Pietro Metastasio, afirmaba que “Si las íntimas preocupaciones de cada cual se leyeran escritas sobre su frente. ¡Cuántos que causan envidia nos generarían lástima!”. Vemos lo superficial, pero no es fácil ver los sufrimientos, esfuerzos ni fracasos. Podemos llegar a envidiar a alguien, simplemente por desconocimiento de lo que ese alguien enfrenta a diario, para hacer y tener lo que envidiamos.

Las comparaciones siempre son incompletas, porque es imposible verificar todos los detalles y variables, para hacerlo de manera justa y equilibrada. Es fácil ver o entrarse de algunos logros de alguien, las noticias y el rumor corren rápido, pero no es fácil -como mencionamos- conocer y comprender los esfuerzos y sacrificios de esa persona para alcanzar tales logros.

También es muy común que atribuyamos los logros de otros a la suerte, a sus relaciones o contactos, pero en realidad existen muchos logros –por supuesto con excepciones- que corresponden al resultado de los pequeños y grandes esfuerzos y sacrificios de cada día.

Además, nuestra felicidad debe complementarse con la felicidad de los demás, para que nuestro entorno sea feliz. El famoso piloto brasileño Ayrton Senna da Silva, Tricampeón Mundial del Premio de Fórmula 1, luego de su trágico fallecimiento, quedaron al descubierto varias instituciones de ayuda y beneficencia que él mantenía en total y absoluto anonimato. Ese excepcional ser humano lo había entendido, al haber manifestado:  "No puedo vivir en una isla de prosperidad, cuando estoy rodeado de un mar de miseria".

El hermoso poema Desiderata del estadounidense Max Ehrmann, publicado en 1948, expresa en una de sus estofas “Si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado, pues siempre habrá personas más grandes y pequeñas que tú”. En realidad, el reto en nuestras vidas es compararnos y superarnos a nosotros mismos, para lograr ser lo que deseamos y podemos llegar a ser.

 Miguel A. Terán 

Este artículo fue escrito por el autor sin uso ni apoyo de Inteligencia Artificial (IA)

lunes, 27 de enero de 2025

"Escucha los susurros y nunca tendrás que escuchar los gritos". Autor Anónimo.


La comunicación es vital para las buenas relaciones. Uno de los aspectos más complejos de la comunicación es saber escuchar. Muchas veces cuando habla otra persona podemos estar escuchándonos a nosotros mismos. En muchos otros casos, estamos más preocupados por responder que por escuchar. Si nuestra voz es la protagonista, las voces de los demás apenas son susurros o murmullos casi imperceptibles.


Para escuchar debemos abrir no solo nuestros oídos, sino nuestras mentes y corazones. Al vivir en un mundo saturado de información, es una realidad que se nos escapan los susurros.  Al escuchar podemos realmente entender a quién nos habla y dar respuestas o argumentos acordes a sus preguntas, planteamientos, dudas e inquietudes.


No obstante, muchos quieren hablar y pocos quieren escuchar. Una queja común es no sentirnos escuchados, ni por la pareja, los padres, los amigos, ni menos por los políticos. Escuchar debe acompañarse de preguntas, para entender y comprender mejor lo que ha tratado de expresar la otra persona. Cuando no hacemos preguntas quedan espacios de duda en lo escuchado, que usualmente llenamos con interpretaciones y especulaciones, lo cual nos lleva a diluirnos o perdernos en múltiples hipótesis sin base real.

Pretender escuchar estando distraído, lleno de emociones o a la defensiva no produce ningún resultado positivo para las relaciones. Debemos tener disposición e interés al escuchar, pero sobre todo estar presente, no solo físicamente presente, sino con nuestra mente, corazón y espíritu para poder escuchar.

Cuando no escuchamos con la atención requerida para entender otro punto de vista, esos vacíos nos llevan a crear nuestra propia historia. Lo ideal es escuchar desde una perspectiva neutral, para realmente tratar de entender con la mente y el corazón abiertos. Nos decía Martin Luther King que la verdad aumentará en la medida que sepas escuchar la verdad de los otros.

Otros, que ya creen saberlas todas, están llenos de orgullo, por lo cual no aceptan nada nuevo. Por el contrario, al escuchar nos brindamos la oportunidad de conocer diferentes puntos de vista o perspectivas. Cuando nuestros argumentos se alejan y se crea un vacío entre quienes hablan, aparecen los gritos. El Premio Nobel de la Paz (1984) Desmond Tutu mencionaba que su padre decía: «No levantes tu voz, mejora tu argumento».

El respeto nos exige saber escuchar. No es lo mismo oír que escuchar. Debemos aprender a escuchar, no solo lo que queremos escuchar, sino también lo susurros o murmullos, así como lo que no quisiéramos escuchar. La paradoja de la tecnología, hoy presente en nuestra vida, es que «Nos acerca a los lejanos y nos aleja de los cercanos», haciendo que perdamos muchos momentos porque solo estamos físicamente presentes. 

Miguel A. Terán
Psicología, Filosofía y Coaching

Web: https://lidervoice.com
Blog: https://econoconsumo.substack.com
Twitter: @MiguelATeranO