jueves, 10 de abril de 2025

¿Por qué es sano establecer límites en la crianza de nuestros hijos? - Miguel A. Terán

 

Artículo publicado en Los Tiempos Newspaper – Miami, FL. Marzo-Abril 2025

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La crianza de nuestros hijos es un proceso que se desarrolla durante casi un par de décadas, en las cuales nuestro reto como padres no es solo criar infantes, niños y adolescentes, sino «Crear los hombres y mujeres del mañana», esos individuos que necesitará el futuro y que podrán hacerse responsables de sus propios caminos.

Durante cada una de esas etapas de desarrollo de nuestros hijos, la práctica del “amor incondicional”, por parte de los padres, no es una estrategia adecuada de crianza; porque ello, significa una crianza sin sanos límites, restricciones ni condiciones.


Entonces, en realidad no se trata solo transitar esas décadas en un rol de proveedores, cubriendo sus necesidades básicas de vivienda, alimento y vestido. La crianza de nuestros hijos requiere mucho más, para cubrir las necesidades complejas, que les exigirá el transitar por la vida, tales como la formación en valores, el adecuado manejo de sus emociones, su independencia, la toma de decisiones y acciones, su capacidad para afrontar cambios y retos, su resiliencia, y otras más. Con ello, estaremos preparando individuos que transitarán por la vida siendo felices y dejando buena huella.

Es un hecho, que cada día nos brinda oportunidades para enseñar a nuestros hijos, más que todo con nuestro ejemplo, el cual debemos cuidar, para que les sea de utilidad.

Por el contrario, nuestra rápida respuesta al cumplimiento de sus caprichos y deseos irá construyendo individuos con ilimitados deseos, impacientes, que requieren de frecuente estimulación, de aburrimiento rápido y con escasa -o ninguna- capacidad de frustración. El resultado final son hijos inseguros, de poco compromiso, incapaces de tomar adecuadas decisiones y que no asumen las consecuencias de sus actos; y parecería contradictorio, porque con todo ese trato de reyes que reciben de nuestra parte, su autoestima es muy baja.

Los padres deben pautar con palabras, ejemplo y firmeza los límites a sus hijos, porque de ello dependerán los límites de los adultos del mañana. “Todo tiene sus límites”, decía Quinto Horacio el famoso poeta de la Antigua Roma.


Definir límites es vital para nuestra adecuada gestión en la función de padres. Enseñar tempranamente los límites hará más fácil el camino, tanto para ellos como para nosotros. Es importante tener presente, que el amor que sentimos por nuestros hijos no debe escapar de nuestra conciencia de los sanos y equilibrados límites, en todos los aspectos. No hacerlo nos llevará con el tiempo a sentirnos responsables y hasta culpables por sus errores y desaciertos, lo cual será una pesada carga que justificará seguir apoyándolos sin límites.

Ese individuo que estamos construyendo, podemos ir “moldeándolo” de manera acertada o equivocada, reforzando sus buenas conductas o perdonando o aplaudiendo conductas erróneas.  Lo cierto es que las conductas erróneas que estimulamos, aplaudimos o aquellas que cuando ocurren “volteamos nuestra mirada hacia el otro lado”, van pavimentando un futuro de baches, no muy prometedor para ellos.

Los padres de hoy han llegado a alabar patológicamente a sus hijos, hasta el punto de minimizar sus errores y defectos, mientras se maximiza cualquier ligera “virtud”, convenciéndose de tener hijos “perfectos”; por lo cual, parece que no es necesario corregirlos. Consideraremos que sus errores serán siempre culpa de algo o de alguien, nunca de ellos.

En algún momento, apenas en unas décadas, la crianza de los hijos dio un aparatoso vuelco, y los padres comenzaron a asumir muchas actividades y tareas que les pertenece o son responsabilidad de sus hijos. A diferencia del pasado, los padres de hoy día se involucran –tal vez- demasiado en la vida de sus hijos, especialmente en los ya adultos.

Todo este equivocado estilo de crianza ha contribuido a que los hijos retrasen indefinidamente -y patológicamente- su paso a la etapa adulta e independiente, con los padres girando alrededor de ellos y aún resolviéndoles todo o casi todo, mientras ellos permanecen sin límite de tiempo en la casa y/o “bajo las alas” de sus progenitores, donde la comodidad de tenerlo todo y las escasas exigencias motivan esta permanencia extrema, que retrasa todo su proceso de maduración como adultos. 

Salir de casa representa muchos retos y toma vigencia la vieja frase “Vive de tus padres hasta que puedas vivir de tus hijos”. No obstante, los padres debemos tener presente que los hijos son como los barcos, no fueron hechos para permanecer en el puerto. 

El amor y la lógica, del razonable equilibrio, con el cual fueron criadas las generaciones anteriores, fueron sustituidos por excesos de libertad y de límites, exceso de amor y escasa lógica, que ha llegado al extremo de evitar que a éstos les afecte las consecuencias de sus propias decisiones y acciones.

La adversidad, los contratiempos, los infortunios y otros elementos limitantes son parte de la dinámica de vida, y requeriremos manejarlos adecuadamente para aprender de ellos y poder vivir en armonía y equilibrio. Al querer dar a los hijos una vida sin obstáculos, criándoles en una burbuja, estaremos truncando su desarrollo, porque le cortaremos vivencias y experiencias necesarias para aprender y desarrollar los conocimientos, habilidades, fortalezas y el carácter que más adelante requerirán para crecer e independizarse. 

Una adecuada mezcla entre lógica y amor en la crianza constituye una efectiva fórmula, para preparar a nuestros hijos para el mañana, logrando que sean felices y vivan en paz, mientras contribuyen y aportan a un mejor mañana. Una sana fórmula de crianza es “No hacer por ellos, a ninguna edad, lo que ellos pueden y deben hacer por sí mismos”.   

Es vital tener presente que en la medida que pase el tiempo, y nuestro pequeño sea cada vez más grande, será más difícil y complicado establecerle límites a sus decisiones, deseos y conductas.

 

Este artículo fue escrito por el autor sin uso ni apoyo de Inteligencia Artificial (IA)

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