Un hombre se entera un día de la existencia de un mercader que vendía un genio, que complacía todos los deseos de su amo.
Reunió todo el dinero de que disponía y se dirigió presuroso al mercado, rogándole al vendedor que se lo vendiera.
- "Debes pedirle nuevos deseos continuamente, pues si no lo mantienes ocupado, te cortará la cabeza".
- "No te preocupes", respondió el comprador. "Son tantas las cosas que deseo, que no tendrá tiempo para descansar".
Salió contento del lugar y al poco camino la voz del genio le dice:
- "¿Y bien amo, que deseas?"
Sorprendido el hombre contesta:
- "Deseo ser dueño de un enorme palacio". En pocos segundos comenzó a construirse ante él un magnífico palacio.
- "¿Y qué más?", volvió a preguntar el genio, al tiempo que el palacio se poblaba de servidores.
- "Deseo un harén con muchas y hermosas mujeres".
Al instante bellas jóvenes lo rodearon.
- "¿Y ahora mi amo?", dijo de nuevo el genio.
- "Pues deseo un gran banquete con exquisitos manjares, muchos invitados, músicos y baile". Con la última palabra se presentó ante su vista todo lo solicitado.
Entonces, el nuevo dueño del genio se sintió aterrorizado, corrió hasta el mercader y le dijo:
- "Tú me lo advertiste, pero dime, por favor, ¿Qué puedo hacer? El genio es tan rápido que en algún momento no tendrá qué hacer y me matará".
- "Eres una persona agradable y te ayudaré", respondió el mercader. "Dile al genio que construya una columna altísima y que suba y baje por ella hasta que tú le ordenes que pare. Mientras tanto, puedes dejar de desear y disfrutar lo que ya tienes".
La moraleja de esta historia es:
¡Disfruta lo que tienes y no solo a desear lo que te falta!
Autoría: Desconocida. Tomado de la web.
Imagen: Tomada de la red.
Excelente reflexión , gracias
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