miércoles, 31 de agosto de 2016

“Pretendemos vivir la vida buscando y utilizando recetas para vivirla”. Miguel A. Terán.

“Pretendemos vivir la vida buscando y utilizando recetas para vivirla”.
Miguel A. Terán.

La palabra «Receta» es definida en el diccionario como el “Procedimiento adecuado para hacer o conseguir algo”. Las recetas son absolutamente  válidas en temas alimenticios o como récipe o prescripción de medicinas o remedios, pero no tan precisas ni infalibles al pretender establecer procedimientos o pasos para conducir lo humano ni lo social. Inclusive, hasta en temas alimenticios, el resultado final puede variar por diferentes circunstancias, aunque los materiales o ingredientes, así como otras variables tales como temperatura y tiempo, sean –aparentemente- las mismas. En temas de salud, las variaciones en el efecto de medicinas y tratamientos entre pacientes también son posibles, por múltiples razones. 
En lo humano y social, las variables que influyen son múltiples y sus combinaciones e interacciones parecen infinitas, y la mayor parte de éstas no están bajo condiciones de control, lo cual dificulta lograr la creación de recetas efectivas de uso general.   El  psicólogo y psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, en una de sus frases famosas, parecía reconocer  la existencia de recetas  de vida, al afirmar que “El zapato que va bien a una persona es estrecho para otra: no hay receta de la vida que vaya bien para todos”.   
Las “recetas de vida” constituyen uno de los principales productos del mercado “Cultural” o mejor dicho del mercado Pseudo-Cultural de estos tiempos,   siempre cargado de productos y Gurús, para todo y para todos los gustos. El filósofo contemporáneo español Fernando Savater refiere que “La cultura hoy tiene sentido comercial e ingresa en los grupos que la consumen si es «nueva». […]Triunfa el Gurú de turno  que encanta a señoras y hombres que ven en sus palabras, aderezadas por el marketing, una oportunidad para encontrar un nuevo camino en sus vidas o, por lo menos, algo para conversar con sus amigos”. 
La mayor parte de estos productos o recetas te hablan del «Qué», pero muy pocos –por no decir ninguno- define el «Cómo». Parece que vivir es fácil, si se sabe cómo; ser feliz es fácil, si se sabe cómo; entonces, muchas cosas son fáciles si se sabe cómo lograrlas. En los «Cómo» parece estar el detalle, utilizando la reconocida expresión del famoso actor mexicano Mario “Moreno” Cantinflas. 
El desaparecido escritor y orador Steven Covey, afirmaba: ”Vivimos en una sociedad moderna a la cual le agradan las técnicas que proporcionan atajos. No obstante, no se llega  a la calidad de vida tomando un atajo”.  Las verdaderas fórmulas y recetas de utilidad para la vida, exigen recorrer un camino de aprendizaje, maduración, conciencia, cambio y transformación, porque no funcionan yendo por atajos, sin reflexión ni aprendizaje para lograr conciencia.   
Esa búsqueda de atajos obedece al interés de muchos individuos quienes  tratan de resolver asuntos de vida y sociales (personales, de pareja, familiares, laborales, etcétera) pretendiendo cocinarlos en horno de microondas, cuando el proceso requiere una cocina con horno convencional, porque el tiempo es un componente vital en su preparación.  El mismo Covey, ratificaba, que “Una vida con sentido no se fundamenta en la rapidez o la eficiencia. Tiene más importancia lo que se hace y cómo se hace que la velocidad en realizarlo”. 
Por su parte, el poeta y ensayista libanés Khalil Gibran reconocía que “La tortuga puede hablar más del camino que la liebre”, sencilla conclusión. Mientras que San Agustín, en similar orden de ideas planteaba: “Una cosa es haber andado más camino y otra, haber caminado más despacio”. 
El famoso poeta español, Antonio Machado, nos dice en su poema Cantares: “Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. En otras palabras, andar no es solo recorrer caminos, es madurar, tomar conciencia, cambiar, crecer y transformarnos mientras recorremos el camino. Para reflexionar y cuestionar la importancia de la técnica, en el sentido absoluto, el arquitecto español Antoni Gaudí, afirmó “Para hacer las cosas bien es necesario: Primero, el amor; Segundo, la técnica”. 
Hasta tanto comprendamos que no hay recetas infalibles ni universales para crecer, adquirir conciencia y transformarnos en  auténticos seres humanos y  sociales, seguiremos de tropiezo en tropiezo, mientras transitamos por atajos en busca de caminos fáciles y rápidos, para un recorrido que en realidad se nutre de tiempo y reflexión.     

Miguel A. Terán
Psicólogo, Coach, Orador y Escritor.
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).


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