“Pretendemos vivir la vida buscando y utilizando
recetas para vivirla”.
Miguel A. Terán.
La palabra «Receta» es definida en el diccionario
como el “Procedimiento adecuado para hacer o conseguir algo”. Las recetas son
absolutamente válidas en temas alimenticios o como récipe o prescripción
de medicinas o remedios, pero no tan precisas ni infalibles al pretender
establecer procedimientos o pasos para conducir lo humano ni lo social.
Inclusive, hasta en temas alimenticios, el resultado final puede variar por
diferentes circunstancias, aunque los materiales o ingredientes, así como otras
variables tales como temperatura y tiempo, sean –aparentemente- las mismas. En
temas de salud, las variaciones en el efecto de medicinas y tratamientos entre
pacientes también son posibles, por múltiples razones.
En lo humano y social, las variables que influyen son
múltiples y sus combinaciones e interacciones parecen infinitas, y la mayor
parte de éstas no están bajo condiciones de control, lo cual dificulta lograr
la creación de recetas efectivas de uso general. El psicólogo
y psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, en una de sus frases famosas, parecía
reconocer la existencia de recetas de vida, al afirmar que “El
zapato que va bien a una persona es estrecho para otra: no hay receta de la
vida que vaya bien para todos”.
Las “recetas de vida” constituyen uno de los
principales productos del mercado “Cultural” o mejor dicho del mercado
Pseudo-Cultural de estos tiempos, siempre cargado de productos y
Gurús, para todo y para todos los gustos. El filósofo contemporáneo español
Fernando Savater refiere que “La cultura hoy tiene sentido comercial e ingresa
en los grupos que la consumen si es «nueva». […]Triunfa el Gurú de turno
que encanta a señoras y hombres que ven en sus palabras, aderezadas por
el marketing, una oportunidad para encontrar un nuevo camino en sus vidas o,
por lo menos, algo para conversar con sus amigos”.
La mayor parte de estos productos o recetas te
hablan del «Qué», pero muy pocos –por no decir ninguno- define el «Cómo».
Parece que vivir es fácil, si se sabe cómo; ser feliz es fácil, si se sabe
cómo; entonces, muchas cosas son fáciles si se sabe cómo lograrlas. En los
«Cómo» parece estar el detalle, utilizando la reconocida expresión del famoso
actor mexicano Mario “Moreno” Cantinflas.
El desaparecido escritor y orador Steven Covey,
afirmaba: ”Vivimos en una sociedad moderna a la cual le agradan las técnicas
que proporcionan atajos. No obstante, no se llega a la calidad de vida
tomando un atajo”. Las verdaderas fórmulas y recetas de utilidad para la
vida, exigen recorrer un camino de aprendizaje, maduración, conciencia, cambio
y transformación, porque no funcionan yendo por atajos, sin reflexión ni
aprendizaje para lograr conciencia.
Esa búsqueda de atajos obedece al interés de
muchos individuos quienes tratan de resolver asuntos de vida y sociales
(personales, de pareja, familiares, laborales, etcétera) pretendiendo
cocinarlos en horno de microondas, cuando el proceso requiere una cocina con
horno convencional, porque el tiempo es un componente vital en su
preparación. El mismo Covey, ratificaba, que “Una vida con sentido no se
fundamenta en la rapidez o la eficiencia. Tiene más importancia lo que se hace
y cómo se hace que la velocidad en realizarlo”.
Por su parte, el poeta y ensayista libanés Khalil
Gibran reconocía que “La tortuga puede hablar más del camino que la liebre”,
sencilla conclusión. Mientras que San Agustín, en similar orden de ideas
planteaba: “Una cosa es haber andado más camino y otra, haber caminado más
despacio”.
El famoso poeta español, Antonio Machado, nos dice
en su poema Cantares: “Caminante, son tus huellas el camino y nada más;
Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. En otras palabras, andar no
es solo recorrer caminos, es madurar, tomar conciencia, cambiar, crecer y
transformarnos mientras recorremos el camino. Para reflexionar y cuestionar la
importancia de la técnica, en el sentido absoluto, el arquitecto español Antoni
Gaudí, afirmó “Para hacer las cosas bien es necesario: Primero, el amor;
Segundo, la técnica”.
Hasta tanto comprendamos que no hay recetas
infalibles ni universales para crecer, adquirir conciencia y transformarnos en
auténticos seres humanos y sociales, seguiremos de tropiezo en
tropiezo, mientras transitamos por atajos en busca de caminos fáciles y
rápidos, para un recorrido que en realidad se nutre de tiempo y reflexión.
Miguel A. Terán
Psicólogo, Coach, Orador y Escritor.
Blog: www. miguelterancoach.blogspot.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).
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