domingo, 7 de febrero de 2016

¿Soy adicto a estar ocupado? Miguel A. Terán

¿Soy adicto a estar ocupado?
Miguel A. Terán

En los últimos años –para muchos individuos- el tiempo libre parece haberse convertido en algo pecaminoso, en una sociedad donde el objetivo consiste en estar permanentemente ocupado. Esa actitud de “ocupado” es valorada al asociarla con importancia, productividad, éxito y perspectivas de futuro.
  
En otras palabras, entre más llena tengamos nuestra diaria agenda, más llamadas recibamos en nuestro celular y más e-mails lleguen a nuestro correo electrónico, creemos –hasta convencemos- de estar más y mejor encaminados hacia el éxito. Sin embargo, tal cual he planteado en otros artículos de estas reflexiones, cometemos el error de no definir previamente las características de ese éxito; por tanto, nos cuesta saber cuándo lo hemos alcanzado.
   
Hacer referencia pública a que estamos ocupados, que no tenemos ni un minuto libre, es considerado por algunos como sinónimo de estatus, cuando en realidad debería ser motivo de tristeza y reflexión, sobre todo para quien no dispone de tiempo ni siquiera para sí mismo.

Pero esa actitud de andar “ocupados” y de creerse ocupados, se convierte en hábito y la asociamos con estatus, poder y prestigio. Satirizando ese tema de estar ocupado, el comediante y estrella de televisión estadounidense Groucho Marx, comentaba: “Estuve tan ocupado escribiendo la critica que nunca pude sentarme a leer el libro”.  

Aunque en la realidad estar continuamente ocupados es más señal de ineficiencia que de efectividad y productividad. No obstante,  en el mundo laboral, un escritorio lleno de papeles es valorado por muchos jefes o supervisores, quienes lo asocian con un empleado trabajador, productivo y comprometido, convirtiéndolo en una estrategia de supervivencia para muchos supervisados.

En momentos de fechas límite para entrega trabajos, ese empleado “ocupado” como parte de su espectáculo o show –casi literalmente- coloca “carpas” para acampar, día y noche en la oficina. Al final de esa epopeya, su esfuerzo y compromiso es valorado y reconocido, cuando por lo contrario, deberíamos preguntarnos porqué llegó a esa fecha límite extrema, sin haber realizado su trabajo a tiempo.

La ineficiencia resultado de la falta de conocimiento o habilidades, el desorden o el interés en reflejar esa imagen de ocupado, el inadecuado manejo de objetivos y prioridades, pueden ser algunas de sus causas y razones. Aunque, sería injusto, dejar escapar las fallas de supervisión que juegan importante rol en el desarrollo de estos personajes, el problema y su espectáculo.

En el mundo laboral y en todos los ámbitos,  estar “full” o “lleno” de responsabilidades u ocupaciones impide detenernos a reflexionar y evaluar lo que estamos haciendo para corregir nuestro rumbo, cuando sea necesario. No nos preguntamos si llenamos la vida con cosas que valen la pena. Muchas veces esa carrera diaria es en círculos, no nos lleva a ningún lugar. “Quien está muy ocupado rara vez cambia de opinión”, expresaba el filósofo alemán Friedrich Nietzsche.

Muchos negocios, tales como lo restaurantes de comida rápida, han surgido para cubrir ese deseo de andar de urgencia en urgencia, mientras se nos escapa lo importante. En la prisa para resolver las múltiples ocupaciones, nos arriesgamos a perder la prioridad en nuestra pareja, familia, salud y espiritualidad.

Ese estar ocupados nos lleva  a correr, incrementando la probabilidad de errores u omisiones. Existen individuos que dedican más tiempo a hablar de los problemas,  a fabricarles excusas y buscar culpables, que a resolver las causas y atacar a tiempo las eventuales consecuencias, lo cual les lleva a estar ocupados “apagando incendios” o resolviendo problemas.

Para concluir tengamos presente que el tiempo es nuestro más valioso recurso, de hecho cuando se nos acaba nuestro tiempo de vida, todo se reduce a cero. Entonces, equilibremos los diferentes aspectos de nuestra vida y prioricemos la importancia de cada uno de los mismos, enfocando adecuadamente nuestras decisiones y acciones, disponiendo de tiempo para todo. Evitemos el culto o la adición a estar siempre ocupados.  

08 de Febrero de 2016.

Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.

Blog: www. miguelterancoach.blogspot.com
Web: www.lidervoice.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.


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