martes, 30 de junio de 2015

LAS OPORTUNIDADES NO SE DESPRECIAN, PORQUE NINGUNA ES TAN PEQUEÑA COMO PARECE. Miguel A. Terán

LAS OPORTUNIDADES NO SE DESPRECIAN, PORQUE NINGUNA ES TAN PEQUEÑA COMO PARECE.
 Miguel A. Terán
Las grandes oportunidades no llegan todos los días, pero generalmente, cada día nos topamos con pequeñas oportunidades. Se dice que una oportunidad no toca a la puerta dos veces, por lo cual debemos estar atentos para escuchar su llamado. 
Pero las oportunidades parecen requerir que estemos no solo atentos, sino preparados  para verlas y saberlas aprovechar, porque la mayor parte de las veces ni siquiera nos enteramos su presencia. 
Acerca de esa dificultad para ver las cosas y lo que ocurre, reconocía el escritor francés Jules de Gouncourt, que “El más largo aprendizaje de todas las artes es aprender a ver”. Y algunas veces, “Ver lo que tenemos delante de nuestras narices requiere una lucha constante”, afirmaba el también escritor británico George Orwell. 
Despreciar las pequeñas oportunidades, mientras esperamos las grandes,  es una forma de desperdiciar la vida. Tal vez, muchas pequeñas oportunidades debidamente aprovechadas nos preparan y llevan a una gran oportunidad. 
Algunas veces podemos dedicarnos de manera casi enfermiza, a buscar oportunidades, sin darnos cuenta que la oportunidad podría estar exactamente en el lugar y momento donde estamos. “La oportunidad se presenta tarde y se marcha pronto”, decía Publio Sirio, el escritor de la antigua roma. 
Son muchas las historias de personas que aprecian y toman una oportunidad que luce insignificante, pero que con el tiempo se convierte en una gran oportunidad. Es allí cuando se hace referencia a la suerte que alguien ha tenido,  pero la realidad es que nadie más se atrevió a tomar una oportunidad,  con pocas o dudosas opciones de éxito y quizá mucho riesgo. Tengamos presente que los diamantes, en algún momento, fueron simple grafito. 
Decía el estadista británico Sir Winston Churchill que “Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad”. Mientras que el industrial estadounidense Henry Ford consideraba al fracaso como una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia. 
“Aprendí que las oportunidades nunca se pierden, porque alguien va a aprovechar la que usted perdió”, afirmaba el famoso escritor William Shakespeare. Recuperar las oportunidades que hemos dejado escapar no es tarea fácil, en muchos casos más que la oportunidad, perdimos el momento. 
No desperdiciemos –sin considerar seriamente- las oportunidades que se nos presentan, por sencillas que parezcan, porque no sabemos si son el camino a las grandes oportunidades. Y cuando alcancemos la oportunidad deseada, reconozcamos y otorguémosle el valor que se merece y luchemos por conservarla, sin convertirla en una oportunidad perdida.

Julio 01, 2015.

Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.

Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).


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