LAS OPORTUNIDADES NO SE DESPRECIAN, PORQUE NINGUNA
ES TAN PEQUEÑA COMO PARECE.
Miguel A. Terán
Las grandes oportunidades no llegan todos los
días, pero generalmente, cada día nos topamos con pequeñas oportunidades. Se
dice que una oportunidad no toca a la puerta dos veces, por lo cual debemos
estar atentos para escuchar su llamado.
Pero las oportunidades parecen requerir que
estemos no solo atentos, sino preparados para verlas y saberlas
aprovechar, porque la mayor parte de las veces ni siquiera nos enteramos su
presencia.
Acerca de esa dificultad para ver las cosas y lo
que ocurre, reconocía el escritor francés Jules de Gouncourt, que “El más largo
aprendizaje de todas las artes es aprender a ver”. Y algunas veces, “Ver lo que
tenemos delante de nuestras narices requiere una lucha constante”, afirmaba el
también escritor británico George Orwell.
Despreciar las pequeñas oportunidades, mientras
esperamos las grandes, es una forma de desperdiciar la vida. Tal
vez, muchas pequeñas oportunidades debidamente aprovechadas nos preparan y
llevan a una gran oportunidad.
Algunas veces podemos dedicarnos de manera casi
enfermiza, a buscar oportunidades, sin darnos cuenta que la oportunidad podría
estar exactamente en el lugar y momento donde estamos. “La oportunidad se
presenta tarde y se marcha pronto”, decía Publio Sirio, el escritor de la
antigua roma.
Son muchas las historias de personas que aprecian
y toman una oportunidad que luce insignificante, pero que con el tiempo se
convierte en una gran oportunidad. Es allí cuando se hace referencia a la
suerte que alguien ha tenido, pero la realidad es que nadie más se
atrevió a tomar una oportunidad, con pocas o dudosas opciones de
éxito y quizá mucho riesgo. Tengamos presente que los diamantes, en algún
momento, fueron simple grafito.
Decía el estadista británico Sir Winston Churchill que “Un optimista ve una oportunidad en toda
calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad”. Mientras que el
industrial estadounidense Henry Ford consideraba al fracaso como una gran
oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia.
“Aprendí que las oportunidades nunca se pierden,
porque alguien va a aprovechar la que usted perdió”, afirmaba el famoso
escritor William Shakespeare. Recuperar las oportunidades que hemos dejado
escapar no es tarea fácil, en muchos casos más que la oportunidad, perdimos el
momento.
No desperdiciemos –sin considerar seriamente- las
oportunidades que se nos presentan, por sencillas que parezcan, porque no
sabemos si son el camino a las grandes oportunidades. Y cuando alcancemos la
oportunidad deseada, reconozcamos y otorguémosle el valor que se merece y
luchemos por conservarla, sin convertirla en una oportunidad perdida.
Julio 01, 2015.
Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.
Blog: www. miguelterancoach.blogspot.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).
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