Sin embargo, para
priorizar nuestros esfuerzos en la solución de un problema real o potencial, lo
primero que debemos comprender es que estamos ante un problema. La ignorancia
del problema no nos exime o libera del problema, de su consecuencias ni mucho
menos de la responsabilidad por la búsqueda de su solución. Además, se ha dicho
y se reconoce como cierto, que la clara y precisa definición del problema es vital
para poder resolverlo. Una definición incorrecta, con toda seguridad, no llevará
a una errónea solución.
En la vida todo es un
proceso. Parte del problema consiste en pensar o considerar que las cosas
ocurren de la noche a la mañana. La verdad es que nuestra vida, en términos
generales, no se mueve o se estanca por grandes decisiones, sino por las pequeñas decisiones
de cada día y cada momento.
No se conoce a nadie que
haya logrado duplicar su peso en un par de días, por poner el ejemplo más
gráfico y visual. Esos kilitos que nos atormentan, los hemos venido
coleccionando con esmero y dedicación, cada día. Comer en exceso y llevar una
vida sedentaria o de poco movimiento, divorciada del menú alimenticio balanceado
y del ejercicio, sin duda que en un tiempito nos rellenaran de kilitos por
todos lados. Si bien es cierto que en principio puede ser un problema de
estética, un poco más adelante ya será también de salud física y psicológica,
por ello no es despreciable considerarlo como un problema real o cuando menos
potencial.
Lo mismo ocurre con los
estudios, donde la constancia y dedicación de cada día no llevan a obtener
interesantes notas o grados, multiplicando nuestra oportunidad de obtener becas
e interesantes ofertas de trabajo. Similar caso son las deudas, las cuales
vamos adquiriendo silenciosamente, al permitir que nos dominen nuestros deseos,
hasta un punto en el cual podemos llegar a una complicada o crítica situación financiera.
En general, los problemas, nacen, crecen, se desarrollan y
complican en el tiempo. Se reconoce que existen enfermedades que tiene algún
componente genético, pero ese componente debemos considerarlo - simplemente- como
una predisposición genética; en lenguaje más sencillo como una pistola cargada,
pero es nuestra actitud la que nos lleva a un estilo de vida, que aprieta el
gatillo.
Para los problemas el
mejor remedio o solución es evitarlos o prevenirlos. Muchos problemas resultan
de decisiones mal evaluadas, de la falta de información, de la toma de
decisiones urgentes, de culpar a otros, de dejarnos dominar por nuestros
deseos, de la presión social y de la carrera o prisa con la cual pretendemos
transitar por la vida.
Sobre la perniciosa o
dañina práctica de culpar a otros del problema, se podría escribir un libro,
esta es una de las peores prácticas para manejar los problemas, porque la solución deja de estar en nuestras
manos; y con ella, también hemos
delegado nuestra responsabilidad, la cual es indelegable.
Simplemente deberíamos disponer
de algunos minutos cada día, para reflexionar y considerar lo que hemos venido
haciendo, lo que estamos haciendo y lo que pensamos hacer; evaluando los esfuerzos
realizados y los resultados obtenidos, para compararlos con nuestros sueños,
objetivos, metas y planes. Visualizar si lo que hacemos nos está llevando a
donde deseamos llegar, o por el contrario, si vamos en rumbo equivocado. Esta continúa
revisión, ajuste y corrección, nos enfocará y alineará con nuestras
prioridades.
Recordemos que nada
hacemos con colocar la escalera en la pared de la vida y subirla a toda
velocidad, para darnos cuenta al final del camino que la colocamos en la pared
equivocada.
Miguel A. Terán
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Nota: Foto ilustrativa
extraída de la Web.
Nota del autor del Blog:
Invito a todos mis amigos, seguidores y apreciados lectores a compartir, con
familiares, relacionados y contactos, esta reflexión y los demás artículos
publicados en este blog: miguelterancoach.blogspot.com. Tengamos presente que,
en oportunidades, unas sencillas palabras pueden hacer y ser la diferencia en nuestra
vida o en la vida de los demás.
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