miércoles, 9 de julio de 2014

REFLEXIÓN JUEVES 10 DE JULIO 2014

“Nuestra conducta es más honesta que nuestras palabras”.
Robin S. Sharma (n. 1964). Escritor y experto en liderazgo.

Audio / Vídeo en:   http://youtu.be/sYr5cymlUP0

REFLEXIÓN: Decía el pensador y filósofo chino Lao Tsé: “El sabio no enseña con palabras, sino con actos”. Nuestras acciones hablan acerca de nosotros con más claridad, contundencia, firmeza y honestidad de lo que puede hacerlo nuestro verbo, o sea nuestras palabras. Existen individuos de ágil y astuto discurso, que literalmente, son “encantadores de serpientes”. Camina por donde hablas es un sano y ético consejo, aunque no siempre fácil de cumplir. El escritor, filósofo y abogado francés Voltaire planteaba: "Hay quienes solo utilizan las palabras para disfrazar sus pensamientos”. 


El mismo Robin S. Sharma,  nos invita a preocuparnos  más por ayudar a la gente, que por el reconocimiento que recibimos por ello o de ellos. En estos tiempos, dice Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, el espectáculo se ha convertido en el valor de la época. Tal vez por ello, mucha filantropía es más show que realidad, porque se da solo de lo que sobra. Por el contrario, la Madre Teresa de Calcuta, nos invitaba a “Dar hasta que nos duela y cuando nos duela dar más”.

Un refrán dice que “acciones hacen corazones”, muy cierto, pero hay quienes esperan corazones sin buenas acciones. El escritor español Noel Clarasó “León Daudí”, reconocía que mucha gente ha alcanzado el éxito en las relaciones de la vida, ayudando a otros a sujetarse la careta. Vaya tipo de “éxito”, pero abundan los sostenedores de caretas.

En el mismo mundo organizacional, muchas  actuaciones en el ámbito social están divorciadas de las palabras. Algunas empresas invierten recursos y esfuerzos en planes y proyectos de responsabilidad social, cuando su mejor esfuerzo y compromiso estaría en transitar por el camino de principios y valores de la sociedad, en la cual operan.

Decía el literato británico Samuel Johnson: “Casi todo lo absurdo de nuestra conducta es el resultado de imitar a aquellos a los que no podemos parecernos”. Alguien dijo que era mejor ser un mal original que una buena copia. Pero parece realidad que la máscara que usan determinados individuos, puede estar más cerca de su esencia, y más adecuada para su ser que la cara que tienen. El industrial estadounidense Henry Ford, dijo “El dinero no cambia a los hombres; solo los desenmascara”.

Muchas personas buscan siempre su propio beneficio, para lo cual han aprendido a utilizar ciertos comportamientos artificiales –en su trato con los demás- que les han dado “buenos resultados”, seguramente en el corto plazo, por lo cual parecen de verdad buenas personas, tanto así que ellos mismos se lo creen.   

Las verdaderas personas detrás de las conductas aparecen en el momento de conflictos o cuando las situaciones son críticas o los recursos escasos. Allí pueden deteriorarse nuestras expectativas e ideales acerca de esas personas.


¡Feliz Día!
Miguel A. Terán
Twitter: @MiguelATeranO 


Nota: Foto ilustrativa extraída de la Web.

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