jueves, 5 de junio de 2014

“Valora lo que tienes, porque en algún momento de la vida, se convertirá en un simple recuerdo”. Autor Anónimo.


Una vieja expresión popular dice «Quien no cuida lo que tiene a pedir se queda»; sin embargo, más allá de solo cuidar lo que tenemos, por cualquier razón, debemos valorarlo, porque es al valorarlo que reconocemos la importancia y verdadera justificación para cuidarlo.

Usualmente estamos más preocupados y enfocados en conseguir lo que nos falta, lo que no tenemos y queremos, que en reconocer, valorar y disfrutar lo que tenemos. 

Se considera que parte de la infelicidad de los seres humanos radica allí. Un ejemplo de referencia es la salud, la cual la damos como un hecho, descuidándola -abusando de nuestro cuerpo- hasta que la perdemos; y es en ese momento, cuando comenzamos a sentir su ausencia y a valorar su presencia.

La amistad, el trabajo y el amor entre otros,  son más valorados una vez perdidos. Al igual que los momentos, los cuales son la suma de un espacio y una ocasión o circunstancia en el tiempo, por lo cual su real valor está en el presente. Pero ocurre,  que cuando nos damos cuenta, ya ese espacio y tiempo son parte de nuestro pasado y -con éste- se nos fue el momento. 

Permitimos que se nos vayan,  sin valorar ni disfrutar,  buenos e irrepetibles momentos de nuestras vidas; que muy pronto,  podrían convertirse en melancólicos recuerdos o reproches, cuando reconocemos que perdimos la oportunidad de vivirlos, disfrutarlos y valorarlos. Cuando guardamos esa vivencia en el corazón -y no solo en nuestra mente- es cuando realmente la hemos disfrutado y valorado. Tristemente, estamos tan ocupados atendiendo falsas prioridades y urgencias, que dejamos a un lado las verdaderas e importantes prioridades. 

Aprender a agradecer es condición indispensable para valorar y disfrutar lo que tenemos. Un autor anónimo comentó que prefería saber apreciar lo que no podía tener, que tener lo que no sería capaz de apreciar.

Entonces, valoremos y disfrutemos lo que recibimos cada día de nuestras vidas, comenzando por nuestra propia vida y nuestra salud, para cuando llegue el momento de  recordar, esos recuerdos sean de una vida comprometida y con sentido, de bienestar propio y ajeno, y disfrutada a plenitud, a lo ancho y a lo largo.

Una estrofa del hermoso Poema de la Despedida del poeta y compositor cubano José Ángel Buesa, parece un buen ejemplo -como resumen- de todo lo antes expresado: «Pero al quedarme solo... Sabiendo que te pierdo, tal vez empiezo a amarte como jamás te amé».


Miguel A. Terán
Psicólogo, Coach, Orador y Escritor.
Web Page: www.lidervoice.com
Twitter: @MiguelATeranO

Nota: imagen extraída de la web





1 comentario:

  1. Miguel gracias por compartir esta reflexión, debemos valorar y disfrutar lo que tenemos, pero primero la salud, porque como dices si la descuidamos la perdemos.
    Al final de la reflexión, la estrofa del poema de Despedida lo dice todo...feliz noche

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