miércoles, 7 de mayo de 2014

REFLEXION JUEVES 08 DE MAYO DE 2014

“Es más fácil construir niños fuertes, que reparar hombres rotos”.
Frederick Douglass (1818 – 1895). Escritor, editor, orador y reformador social estadounidense de origen esclavo. Fue conocido como El Sabio de Anacostia.
REFLEXIÓN: Una buena parte de los padres y madres tiene como preocupación  dejar un mejor futuro a sus hijos, pero igual de importante es dejar mejores hijos para el futuro, porque –al fin y al cabo- ellos serán los constructores o destructores de ese futuro. Recordemos que no solo estamos criando niños sino a los adultos del mañana.
En una de sus columnas, para un diario estadounidense, Ruth Crowley  (con su seudónimo de Ann Landers) nos dejó el siguiente mensaje: “Tus hijos no tendrán éxito gracias a lo que hayas hecho por ellos, sino gracias a lo que les hayas enseñado a hacer por sí mismos”. El científico Louis Pasteur recomendaba que no debíamos evitar a nuestros hijos las dificultades de la vida y, que por el contrario,  les enseñáramos a superarlas. Esta es la única forma de hacer adultos autónomos y capaces de dirigir sus propias vidas.
Los niños fuertes se construyen con valores sanos y firmes, y los progenitores o quien cumple su rol, deben ser el mejor ejemplo de vivir en valores, porque son su más temprano modelo. Nuestro diario ejemplo refleja y ratifica con más firmeza nuestros verdaderos valores, más allá de los discursos que podamos dar.
Ser padres es una gran responsabilidad que debemos cumplirla con amor y lógica, orientando y estableciendo límites a nuestros hijos, garantizando educar no solo sus cerebros, sino también sus corazones, para contribuir a hacer de ellos las personas sanas, justas y equilibradas, que requerirá el mañana.  Debemos llenarles de valores, referencias y contenidos para que puedan vivir sus vidas con sentido y criterio.
Un autor anónimo nos legó las siguientes palabras de importante práctica para la adecuada crianza de nuestros hijos: “Los gritos no educan porque ensordecen el corazón, bloquean el pensamiento, destruyen el respeto y nos convierten en seres violentos”.
Los niños necesitan más abrazos y menos expectativas. Llenarlos más de afectos y menos de cosas, para que valoren sentimientos y emociones sin buscarle la etiqueta o colocarle precio. Definitivamente los hijos serán nuestra huella y legado para el futuro.
¡Feliz Día!

 Miguel A. Terán

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