lunes, 21 de abril de 2014

REFLEXION MARTES 22 DE ABRIL DE 2014

Pensamiento y Reflexión del Día (Martes 22 de Abril de 2014)
“La sensibilidad es el traje de etiqueta del espíritu”.
Miguel Mihura (1905 -1977). Escritor, dramaturgo y periodista español.
REFLEXIÓN: Una persona sana de mente, corazón y espíritu posee entre sus características más visibles y palpables la sensibilidad. Por el contrario, la insensibilidad es una de las más claras demostraciones de la decadencia humana, moral y espiritual de personas y sociedades.
Una sociedad insensible es resultado de la indolencia y apatía de sus integrantes, quienes dejan de sentir las cosas que causan dolor, pena o  lastiman a sus congéneres. El efecto de la insensibilidad es multiplicador; por ello, cada vez lo somos de manera más notoria. Tristemente, la insensibilidad parece ser el espíritu de nuestra época.
Hemos perdido la compasión por los demás, haciéndonos insensibles ante sus circunstancias y problemas, solo nos importan los nuestros, porque los consideramos  válidos y más importantes. La insensibilidad hace monstruos, decía el escritor y filósofo francés Denis Diderot.
Transitamos ignorantes entre la inconsciencia, la insensibilidad y la frivolidad de las diferentes clases sociales. Nos acostumbramos, haciéndonos insensibles; viendo y aceptando como normales muchas anormalidades. La ceguera espiritual nos hace insensibles,  decía Konrad Lorenz, Premio Nobel de Medicina (1973).
Hay quienes se definen como individuos sensibles, pero lo son solo por interés, y la sensibilidad y el interés no tienen ninguna sana relación. Usualmente confundimos ser flexible con ser sensible, creyendo que si somos flexibles – entonces - también somos sensibles, cuando en realidad la flexibilidad apenas nos permite aceptar, mientras que la sensibilidad nos lleva a entender y comprender.  
La abundancia de cosas materiales y estímulos de todo tipo, están produciendo generaciones de niños, jóvenes y futuros adultos insensibles, insaciables e inagotables ante la necesidad de estímulos. Es un hecho que si no criamos niños sensibles no tendremos adultos sensibles; por ello, es necesario enseñarles desde pequeños a colocarse –literalmente – en “los zapatos de los demás” para poder entender antes de juzgar y criticar.
La sensibilidad es vital para relacionarnos entre unos y otros, con el entorno social y el ambiente e incluso con nosotros mismos, porque es una característica básica de cualquier individuo que pretenda ser humano.
 Miguel A. Terán

¡Feliz Día!

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