Artículo publicado en Los Tiempos Newspaper - Miami, Florida USA Agosto - Septiembre 2025.Miguel A. Terán
www.miguelterancoach.blogspot.com
Es un hecho
que Internet y las redes sociales han llegado como un violento desarrollo
tecnológico, que anticipa y supera ampliamente al desarrollo humano de quienes
las utilizamos; por lo cual, es fácil anticipar el -ya visible- daño y los desequilibrios
que puede ocasionar en nuestro desarrollo e interacción como seres humanos y
sociales. La tecnología, en general, avanza exponencialmente, mientras que el
desarrollo humano y social es en extremo lento. Quizá podemos considerar que
hasta hemos retrocedido en algunos aspectos relacionados con sanos valores y
convivencia social.
Algunas décadas atrás Albert Einstein, expresaba similar preocupación, con el diferente ritmo de avance que él percibía entre lo tecnológico y lo humano, a través de las siguientes palabras: "!Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que superar un prejuicio".
En especial,
las redes sociales han generado múltiples distorsiones en nuestra percepción
personal y social. Promueven versiones idealizadas de la realidad que alteran
nuestra autoimagen, cuestionar y debilitan valores, y fomentan inseguridades.
En este entorno, se crean competencias interminables, cuestionables y
dependencias emocionales, donde los “Me gusta” o “Likes” alimentan un deseo constante
de aprobación externa, afectando profundamente la autoestima de los usuarios.
Hace algún
tiempo escuche a unos adolescentes comentar, que para lograr un “Me Gusta” o
“Like” a sus publicaciones en redes sociales, casi de manera obligatoria debían
dar muchos “Me Gusta” o “Like” a todo lo que publican las otras personas en sus
redes. El objetivo de ello es recibir como efecto de reciprocidad, intercambio
o trueque otros tantos “Me Gusta” o “Like” en lo que
ellos publican. En un «Yo te doy un “Me Gusta” o “Like” y tú me das un “Me
Gusta” o “Like”», lo que importa es el “Me Gusta” o “Like”, no que leas el
contenido de lo enviado y no necesariamente que comentes.
Me quedé
impresionado con este tipo de intercambio, porque significa no solo dar ese “Me
Gusta” o “Like”, si no solidarizarnos o estar de acuerdo con el contenido de lo
publicado, escrito o compartido por la otra persona; independientemente, de que
ello esté en línea con nuestra forma de pensar, nuestros valores o,
simplemente, sea algo sensato o bueno.
Esta versión,
podríamos catalogarla como ciega e ignorante para otorgar un “Me Gusta” o
“Like”, en la cual podemos ser “tontos útiles” al aplaudir o aprobar cualquier
locura, perspectiva o punto de vista, que ni siquiera hemos leído, mucho menos verificar
su veracidad. Gracias a esta irresponsable aprobación las noticias falsas, las
descalificaciones de personas o proyectos, y más se reproducen “como pólvora” en
las redes sociales.
En todo caso,
debemos estar claros que es imposible competir en la búsqueda de “Me gusta” o “Likes”
de manera honesta, con aquellos individuos o “influenciadores”, quienes
disponen de recursos económicos para pagar softwares de cuentas falsas, cuya
función es dar “Likes” y comentar, sin intervención humana. Igualmente, existen
servicios de compra de “Likes”, y mucho más, para comprar viralidad y un nombre
en las redes sociales.
La otra
versión, para actuar en las redes sociales, es la analítica, reflexiva y
crítica; y, por supuesto, responsable, donde damos un “Me Gusta” o “Like” o
compartimos aquello cuyo contenido lo consideramos veraz y de valor. Pero, en
esta versión debemos reconocer que lo importante es la lectura de lo compartido
y la verificación de su validez, en diferentes fuentes.
En lo
personal, cuando algo que se publica me llama la atención, acostumbro a revisar
y buscar referencias en diferente fuente acerca de lo publicado, para verificar
la veracidad de la información, antes de creerla o convertirme en un eco de esta.
No me gusta ser ese "tonto útil" trabajando para oscuros intereses
particulares o para algún irresponsable, compartiendo información falsa,
sesgada o manipulada.
Si estoy de
acuerdo, doy el respectivo “Me Gusta” o “Like”; por
el contrario, si no es un tema que me agrade e interese o estoy en desacuerdo,
entonces, simplemente no lo hago, lo paso. En algunas oportunidades, decido
comentar las razones de mi acuerdo o desacuerdo, o hago alguna observación o
aporte al respecto. En otras, cuando siento que el soporte de quien lo
compartió es el “fanatismo” evito una discusión que con toda seguridad será
estéril. Pudiendo -inclusive- tomar la decisión de borrar de mis redes sociales
lo compartido.
En otras
palabras, basado en mis principios y valores, nunca doy un “Me Gusta” o “Like”
en solidaridad automática. Creo que una relación de amistad o del tipo que sea
debe respetar opiniones, pero también cuestionar o ignorar, entendiendo que
todos tenemos derecho a “un momento de locura”. Cuando pedimos a alguien que
sea parte de nuestra red de amigos, no podemos considerar o pretender que con
la sola aceptación de este nuevo “amigo” estemos comprando su compromiso de
“solidaridad” ilimitada hacia nuestras opiniones.
Es importante
tener presente que las cosas no son buenas o malas per se o por sí mismas,
porque todo depende de cómo las utilicemos; pero, tristemente, las redes
sociales se han prestado para el inadecuado uso. No obstante, está en
nuestras manos verificar todo lo que recibimos, para no hacernos solidarios
automáticos de cualquier mentira, irrespeto, oscuro interés, plagio o “locura”,
que alguien coloca y comparte. Internet nos permite, apenas en segundos,
verificar de manera responsable lo que leemos, para garantizar la veracidad del
contenido, más aún si consideramos la posibilidad de compartirlo. En
conclusión, dar un “Me gusta” o “Like” es el reflejo de nuestras creencias,
principios y valores.

EXCELENTE!!! Siempre aprendiendo a reflexionar con magníficos comentarios Gracias!
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