Artículo Publicado en Los Tiempos Newspaper - Miami, Florida. USA Junio -Julio 2024.
La Relación de Pareja
Miguel A. Terán
www.miguelterancoach.blogspot.com
Sin duda que
una de las más importantes decisiones que tomamos por nuestros hijos y por
nosotros mismos es la sabia escogencia de nuestra pareja, de esa persona que
será nuestro compañero o compañera de vida y el padre o la madre de nuestros
hijos.
Así que, dada esa importancia, tal escogencia deberíamos tomarla con el mejor criterio posible, porque de la calidad de esa relación de pareja dependerá la felicidad propia, la de nuestros hijos y la de nuestra futura familia.
Si bien es
cierto que los miembros de la pareja deben considerarse un equipo, también es
cierto que no deben verse como un par de socios, ya que no están creando ni
administrando un negocio. Al respecto, el místico y maestro espiritual Osho afirmaba
que “El amor no es una transacción de negocios, así que no hay preocupaciones
de pérdidas o ganancias. El amor disfruta de dar, de la misma forma que las
flores disfrutan de ofrecer su fragancia”.
Algunas parejas
han sido más socios de negocios, enfocados en alcanzar un cierto nivel económico.
Otras se han dedicado al proyecto de criar a sus hijos; pero en ambos casos, la
relación de pareja es débil, porque no alimentaron la calidad de la vida
afectiva y amorosa, y la relación quedó atada solo por un proyecto de negocio o
por el proyecto de criar a sus hijos. Y, luego de ese transitar a través de
esos proyectos, muchas veces la pareja termina separándose.
Al verdaderamente amar nos desprendemos del yo para convertirnos en nosotros. Ese sentido de equipo debe hacer comprender a los miembros de la pareja que no hay competencia entre ellos, porque la idea es complementarse al unir fortalezas para superar sus debilidades.
Una relación
de pareja puede ser fructífera o simplemente extinguirse en el tiempo. Parte
del problema parece ser que en el amor se idealizan muchas cosas, por ello, es
común que, en algún momento, de la relación de pareja, consideremos tener una
pareja perfecta. Es allí cuando exageramos las virtudes y disminuimos los
defectos, pero más temprano que tarde reconocemos que muchas virtudes no eran
tales; y, por el contrario, existen algunos, varios o muchos defectos, al fin y
al cabo, es una relación entre seres humanos imperfectos.
No vale la
pena desperdiciar amor en aquellos que no valorarán ese amor. Recordemos que
amar no es llenarnos con el otro, sino compartir con nuestra pareja nuestra llenura,
jamás vaciarle la suya. Expresaba el fallecido actor estadounidense Robin
Williams “Solía pensar que la peor cosa era terminar solo en la vida. No lo es.
Lo peor en la vida es terminar con alguien que te hace sentir solo”.
Es importante
tener presente que será imposible pensar en amar sanamente a otro ser humano,
sin antes haber aprendido a amarnos a nosotros mismos. Sin amor ni respeto por
nosotros mismos llegaríamos a aceptar todo y de todo para conservar una
relación, que, a pesar de esos esfuerzos, al final concluirá como una mala
novela o la letra de una triste canción.
En ciertas
sociedades se refuerza esta cultura, de sufrimiento amoroso, a través de lo
expresado en sus novelas, películas, historias y canciones, que exageran el
enfermizo sufrimiento amoroso, contribuyendo a reafirmar la creencia que amar
es sufrir.
Cuando una
pareja está unida por el amor y comprometida con un proyecto de vida a largo
plazo, los “yo soy así” o los “así soy yo”, junto al querer tener razón y el
orgullo, no tienen cabida en la relación; por el contrario, la disposición a
cambiar en beneficio de ambos es vital para construir una verdadera relación de
pareja.
Aunque parece
difícil comprender que un par de seres humanos, se unan en una relación de
pareja para hacerse daño y ser infelices, en la práctica si son comunes esas
relaciones donde cada uno debilita, opaca y corta las alas al otro. Personas
que individualmente o con otra pareja –tal vez - hubieran alcanzado muchos
logros y felicidad en la vida, con la actual pareja han creado una relación de
perder-perder, donde solo restan o dividen, nunca suman ni multiplican.
Resolver los
potenciales conflictos de pareja a tiempo, cuando apenas son inquietudes o
pequeños malestares o molestias, es mucho más fácil. Ignorarlos es simplemente
permitir que crezcan hasta desarrollarse en un problema que terminará acabando
con la relación.
Como en
cualquier otra relación humana, en el amor, requerimos tres elementos vitales
para que la relación progrese y se consolide en el tiempo: comunicación,
confianza y mutuo respeto.
Es necesario
que la pareja se construya y conserve más allá de las circunstancias y
objetivos de vida. La relación debe formar y consolidar afectos y hábitos de
pareja indispensables para querer, necesitar y desear continuar juntos al pasar
los años.
Estar con los
hijos, con amigos o en reuniones de familia es válido, pero desde el inicio de
la relación la pareja necesita acordar «Tiempos y Espacios de Pareja» o
«Momentos de Pareja», para fortalecer la comunicación y contacto que permitirán
la continua unión de sus cuerpos, mentes, corazones y espíritus. Es
importante ratificar que en esos espacios solo caben dos, sin lugar -ni siquiera-
para la mascota.
Hay parejas
que se desacostumbran tanto a la ausencia de los espacios o momentos de pareja,
que no pueden -literalmente- tener ninguna actividad sino hay otros individuos
acompañándolos “en la comparsa”. Igualmente, los espacios para la intervención
de terceros sean estos familiares o amigos, en asuntos de pareja debe ser muy
limitados, para evitar que perspectivas ajenas, sesgadas e incompletas hagan
daño a la relación. Este tema de parejas es muy amplio y requeriría muchas más
páginas para intentar completarlo.
Este artículo fue escrito por el autor sin uso ni
apoyo de Inteligencia Artificial (IA)
Es verdad cuando nos falta comunicación diálogo y respeto mutuo. La lucha es más distante
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