“Muchas maravillas hay en el universo; pero la
obra maestra de la creación es el corazón materno”.
Ernest Bersot (1816-1880). Filósofo y escritor
francés.
El corazón de una madre es, sin lugar a duda, un espacio sin límite ni fronteras para sus hijos. Hasta el final de sus días ella estará allí, con un compromiso que nada ni nadie lo puede superar. Un proverbio judío, reconoce que "Dios no podía estar en todas partes, así que creó a las madres", sabia y divina decisión, para lo cual debió crear un ser especial, único, irrepetible e insustituible para cada uno de nosotros. El escritor francés Honoré de Balzac lo expresó afirmando que “Jamás en la vida encontraréis ternura mejor y más desinteresada que la de vuestra madre”.
Podría plantearse en quienes cuentan, adicionalmente, con un padre excelente, el valor de cada uno de sus progenitores en su crianza y, sin menospreciar a ese padre amoroso, comprometido y responsable, reconocemos que el vínculo con nuestra madre es de orden superior y no depende de convencionalismos sociales, legales ni religiosos; quizá por ello, el filósofo chino Lao Tse, afirmó que “El padre y el hijo son dos. La madre y el hijo son uno”.
Muchas de las grandes figuras de la historia han
expresado agradecimiento a sus madres, reconociendo que buena parte de
sus logros y éxitos se los debían a ellas. Uno de estos personajes, el primer
presidente estadounidense George Washington expresaba "Mi madre era la
mujer más hermosa que he visto. Todo lo que soy se lo debo a mi madre. Atribuyo
todos mis éxitos en la vida a la educación moral, intelectual y física que
recibí de ella".
El también político y presidente estadounidense
Abraham Lincoln reconocía: “Todo lo que soy o espero ser se lo debo a la
angelical solicitud de mi madre”. Una autora anónima expresó: "Nunca supe
cuánto amor mi corazón podía contener hasta que alguien me dijo mamá”.
Realidades también hay muchas, son innumerables
las madres que recorren trayectos difíciles, desde muchas perspectivas; algunas
de ellas, batallando solas y llevando todas las responsabilidades,
inclusive de proveer los recursos económicos para el hogar, en ese doble
y complejo rol de madre y padre. Las carencias y necesidades, así como el
exceso de recursos crean con el tiempo distintos problemas en la familia y en
la sociedad; pero, tal vez, similares sufrimientos para el corazón de una madre.
No podemos olvidar que nuestras madres también son
seres humanos, con virtudes y defectos. Las creencias y paradigmas, con las que
crecieron en épocas, lugares y culturas distintas a la nuestra, pueden hacerlas
–con los años- blanco o target de críticas, inclusive de sus propios hijos;
pero, podemos afirmar, con absoluta y total seguridad que ellas siempre
desearon y soñaron lo mejor para su hijos, aunque por ignorancia, errores,
omisiones o circunstancias no lograran hacerlo de la manera ideal o perfecta.
De lo que si podemos estar seguros, es que ese
ser, que más allá de darnos la vida, don divino asignado a ella por Dios,
creerá en nosotros cuando ya nadie cree, nos protegerá, cuidará, atenderá
y nos será fiel en las más difíciles circunstancias, hasta su último
suspiro de vida. Las madres y, en realidad, ambos progenitores tiene una
enorme responsabilidad con sus hijos, con el futuro y con la sociedad, ya que
no solo están criando niños, sino creando y construyendo los hombres y mujeres
del mañana.
Con toda admiración y respeto para ustedes. ¡Feliz
Día de las Madres!
Mayo 2016
Miguel A. Terán
Blog: www. miguelterancoach.blogspot.com
Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).
Este artículo es un verdadero regalo para mi!
ResponderEliminarBello