domingo, 11 de octubre de 2015

Consideramos que el problema se inicia cuando podemos percibirlo, sin reconocer que todo comenzó mucho antes. Miguel A. Terán

Consideramos que el problema se inicia cuando podemos percibirlo, sin reconocer que todo comenzó mucho antes.
Miguel A. Terán

Las raíces de los problemas son necesidades insatisfechas y no resueltas. Algunas veces simples deseos, equivocadamente convertidos en necesidades, resultado de presiones del entorno y la cultura, que –en el tiempo- llegan a distorsionarse convirtiéndose en inquietudes, malestares y finalmente evolucionar a problemas, con diferentes grados de impacto, complicación y consecuencias. 
Es importante comprender y tener conciencia que el desarrollo de un problema es un proceso, que requiere evolucionar en el tiempo, por tanto, no es un punto en el espacio ni un momento en ese tiempo. “El problema del problema” radica en que solo llegamos a verlo cuando se hace visible a simple vista, cuando ya es de verdad un problema,  y comenzamos a sentir su impacto y consecuencias.   
Su evolución y desarrollo requiere de tiempo, esa es su principal variable, la cual dependiendo del tipo de proceso es más o menos lenta, pero nunca tan rápido como creemos. Muchos procesos, entre ellos los procesos sociales evolucionan o involucionan en años. En procesos más personales, por ejemplo, una relación de pareja se consolida o deteriora en el tiempo. Una carrera profesional sólida se construye en el tiempo. 
Los procesos no pueden acelerarse ni retrasarse sin dejar vacíos, distorsiones ni futuras consecuencias; la naturaleza nos da el mejor ejemplo, las estaciones invierno, primavera, verano y otoño,  tienen esa secuencia. 
Parece un hecho, que lo que se deteriora como un proceso debe corregirse como un proceso, entonces se requiere tiempo para consolidar cambios; sin embargo, ocurre que percibimos los procesos de deterioro como más acelerados, pero lo que sucede es que –muchas veces- se rompen de manera violenta y brusca luego de desarrollarse el daño bajo presiones que multiplican sus efectos.   
Cuando comprendemos que todo cambio tiene un proceso evolutivo que requiere tiempo, se hará más fácil comprender las relaciones de causa y efecto. Aunque es fácil reconocer los efectos, mucho más fácil es percibir los síntomas, pero es complicado comprender las causas. En muchos casos reconocer las causas es doloroso, porque nos llevaría a aceptar nuestros errores o a cuestionar nuestros propias creencias y paradigmas.    
En los procesos de reversión de algún cambio, que en el tiempo consideramos un problema, requerimos comprender que muchos aspectos originales de la situación nunca volverán al estado o condición anterior, porque el cambio en esos aspectos es para siempre, no reversible. 
Es importante tener presente las palabras del escritor y filósofo colombiano Nicolás Gómez Dávila, quien dijo “Nada más peligroso que resolver problemas transitorios con soluciones permanentes”. Pero desde la otra perspectiva, las soluciones transitorias o parciales, son peligrosas, porque en muchas oportunidades pueden ocultar algunos síntomas del problema, dando una sensación de haber vuelto a la normalidad, mientras que el problema continúa su silencioso desarrollo hasta que estalla. 
Adicionalmente, para resolver los problemas es válido considerar la frase del científico Albert Einstein, quien afirmó que “Los problemas significativos que enfrentamos no pueden resolverse en el mismo nivel de pensamiento que teníamos cuando los creamos”.  Sino hemos cambiado con el problema, para poder considerar nuevas alternativas fuera de nuestros paradigmas, estaríamos tratando de resolverlo en ese mismo nivel de pensamiento con el cual lo creamos, por lo que no funcionará la solución y el problema retornará, más temprano que tarde.   
Sin embargo, la mejor manera de resolver potenciales problemas es anticiparlos, reconociendo las necesidades y variables involucradas, de manera tal de encontrar alternativas de solución cuando son incipientes y apenas se inician. El hecho de que muchas cosas parezcan estar bien, desde nuestra perspectiva, no significa que estén marchando necesariamente bien desde la percepción y perspectiva de otro u otros.  

12 de Octubre de 2015.

Miguel A. Terán
Psicología, filosofía y coaching.

Twitter: @MiguelATeranO
Nota: imagen extraída de la web
Referencias: Tomadas de Wikipedia + RAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.


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