viernes, 27 de junio de 2014

REFLEXION VIERNES 27 DE JUNIO DE 2014

“Pensar es difícil, es por eso que la mayoría de la gente prefiere juzgar”.
Carl G. Jung (1875 -1961). Psiquiatra y psicólogo suizo.


REFLEXIÓN: Con esta opinión sobre la dificultad de pensar, Carl G. Jung se alineaba con lo expuesto años atrás por el filósofo estadounidense Ralph Waldo Emerson, quien se preguntaba: ¿Cuál era la tarea más difícil del mundo? Y concluía respondiéndose, que esa tarea era pensar. Por su parte, el industrial estadounidense Henry Ford, creador de la empresa automotriz que lleva su nombre, también consideraba que pensar es el trabajo más difícil y que esa es la razón por la cual tan pocas personas lo practiquen.
Ser superficial en análisis, evaluaciones  e interpretaciones requiere poco pensar, pero permite rápido juzgar y mucho errar. Por el contrario, ponerse en el puesto de la otra persona para comprender sus particulares circunstancias y motivaciones, exige capacidad para pensar distintas alternativas y opciones, resultado de otras perspectivas y variados puntos de vista, quizá distintos al nuestro. En la medida que comprendemos mejor las circunstancias, motivaciones y razones de eventos, decisiones y acciones, se nos hace más difícil juzgar, en el término insano y castigador de la palabra. 
Además, el hábito de pensar, reflexionando y razonando, ha sido desplazado por las urgencias. Como todo - en estos tiempos - es urgente, rápido y ya,  pensar se ha convertido en algo que entorpece la velocidad de acciones y respuestas, en un mundo donde se pretende que seamos conducidos por la emocionalidad, desde amar hasta ir de compras. Para alguien que hace negocios, de manera tal vez poco ética, para no juzgarle sin derecho al debido juicio, no hay “mejor cliente” que ese individuo poco racional y muy emocional en sus decisiones. Por el contrario, el cliente que busca  alternativas y opciones, dedicando el tiempo requerido para evaluar y comparar, incrementa la probabilidad de tomar decisiones acertadas y sanas.  
Por otra parte, al rechazar pensar y convertirnos en adictos a juzgar, uno de los hábitos más comunes es juzgar por las respuestas de la gente, y Mariscal francés Francis de Gaston,  prefería inclinarse por juzgar el talento de una persona por sus preguntas, más que por sus respuestas.
Si consideramos a esa dificultad para pensar, como una consecuencia de la pérdida del hábito o de la flojera de pensar, otros posibles riesgos serán juzgar por lo que vemos, por las primeras impresiones o utilizando viejos criterios para considerar nuevas situaciones. El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice, eran palabras del filósofo Aristóteles.
En conclusión, se hace necesario tomar con la debida seriedad y responsabilidad el acto de pensar antes de afirmar, concluir, juzgar, decidir, actuar e incluso antes de hacernos eco de mensajes u opiniones, más aún en estos tiempos donde algo o alguien puede ser fabricado o destruido, con la velocidad de la información.
El genial Leonardo Da Vinci, uno de los individuos más polifacéticos de todos los tiempos en aptitudes, habilidades y conocimientos, decía “Quien poco piensa, se equivoca mucho”. Si no pensamos, no cambiamos.

¡Feliz Día!

Miguel A. Terán
Twitter: @MiguelATeranO

Foto ilustrativa extraída de la Web.

Nota: invitamos a nuestros lectores a que visiten regularmente este blog, incluso los fines de semana, porque esos días también colocamos algunos interesantes artículos y vídeos para reflexionar. 

1 comentario:

  1. Que buen pensamiento y reflexión, algunas amistades dicen que pienso mucho para tomar decisiones o acciones, entonces me siento bien, porque justamente me gusta evaluar escenarios, comparar, tantas variables a considerar, por supuesto el tiempo tambien es importante pero todo influye para tomar la mejor decisión. Gracias Miguel

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