El Pensamiento del Día (Miércoles 22 de Mayo, 2013):
“La ingratitud es el crimen más grande que pueden los hombres atreverse a cometer.” Simón Bolívar (1783 -1830). Militar y político venezolano. El Libertador. REFLEXIÓN: Dicen que la memoria es corta. Sin embargo, recordamos por años, hasta con enfermiza precisión, las cosas malas que alguien nos “hizo”, pero olvidamos muy rápido los favores, beneficios y apoyo de otras. Llegamos hasta la herejía de atribuirnos la única y total autoría de nuestros logros; olvidando, despreciando y/o desvalorizando la ayuda recibida. El filósofo alemán Goethe, reconocía humildemente, que sí pudiera enumerar cuánto debía a sus antecesores y contemporáneos, no le quedaría gran cosa de su propiedad. Es absolutamente cierto que nuestros logros y proyectos de vida fueron posibles, de una u otra manera, por el apoyo, motivación, oportunidad y hasta compañía que otros nos brindaron. En algunos casos, tal vez nos cueste reconocerlo y hasta recordar quienes fueron estas personas que estuvieron a nuestro lado, pero con seguridad allí estuvieron. Agradecer no significa estar en deuda, porque de ser así solo estaríamos intercambiando favores, pero el otro extremo es la ingratitud. Algunas personas al ayudar consideran que quien recibió su ayuda les debe hasta el alma. Otras por el contrario, piensan que si alguien les ayudó fue porque le sobraba. Y otras no agradecen por considerar que se lo merecen todo. Nos cuesta agradecer y ello nos hace ingratos. Debemos ayudar sin interés y agradecer a todo aquel que nos ayuda. Al ayudar debemos olvidar y al recibir ayuda por siempre recordar.
M. Terán ¡Feliz Día!
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